Galicia ha vivido un fin de semana negro, recrudecido ayer, con más de 2.250 hectáreas forestales arrasadas por el fuego en tres provincias, la de Orense, que se ha llevado la peor parte con nueve incendios; la de Lugo y la de Pontevedra. En los municipios orensanos de Rairiz de Veiga y Cualedrolas llamas se acercaron a viviendas, lo que obligó a declarar la emergencia. Un miembro de las brigadas resultó herido.