La muerte de la gijonesa Paz Fernández Borrego, de 43 años, fue un asesinato. A esta conclusión llegó ayer, al filo de las diez y media de la noche, el jurado popular encargado de dar respuesta a este crimen cometido en la localidad de Navia en febrero de 2018, por Javier Ledo Ovide, que siguió imperturbable la lectura del veredicto. El jurado tomó la decisión por unanimidad. Ahora, Ledo espera sentencia, que oscilará entre los 20 años de cárcel que pidió su abogado defensor, y los 25 años de prisión de las acusaciones particulares, que desde el inicio pelearon por el delito de asesinato. Fiscalía y Abogado del Estado, que siempre le atribuyeron un delito de homicidio, tuvieron que elevar su petición inicial para interesar una condena de 21 años.

El jurado ha considerado, entre otras cuestiones, que no se puede acreditar que haya pruebas para avalar un supuesto robo de dinero de la víctima a Javier Ledo, una de las claves de la defensa, cuyo relato se basaba en una presunta discusión previa entre ambos a costa de un asunto económico. Y también deja claro en el veredicto que no parece que existiera una pelea previa entre la víctima y su verdugo, toda vez que Javier Ledo no presentaba ninguna lesión.

Así las cosas, y a la espera de que el juez dicte sentencia, la acusación ejercida por los hijos de la fallecida también reclama que se le apliquen 10 años de libertar vigilada tras cumplir condena, mientras que el abogado de la madre y las hermanas de Paz Fernández, pidió la misma medida, pero sólo por cinco años.

Pasadas las once de la noche el juicio quedó visto para sentencia, sin que Ledo quisiera añadir nada más en su último turno de palabra, tras todo un día de deliberaciones marcado por problemas técnicos de última hora que retrasaron la lectura del veredicto.

Los hechos enjuiciados en la sección octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, desde hace una semana se remontan a hace más de dos años. De hecho, arrancan con la llegada de Paz Fernández a Navia el 13 de febrero de 2018, alojándose en la pensión San Francisco. Poco tiempo después víctima y verdugo, que habían mantenido una relación sentimental hasta dos años antes, se encontraron en un bar de la zona. Un encuentro que acabó con la invitación de Ledo a cenar a su casa. A partir de las 22.15 horas ya estaban juntos en la vivienda de éste. Poco después Javier Ledo la mató tras una discusión. Ella no tuvo escapatoria.

Una vez muerta Paz Fernández, Javier Ledo se deshizo de su cadáver. Tras matarla en su vivienda, condujo varios kilómetros desde Navia hasta Arbón y arrojó el cuerpo al arroyo de La Pontiga. Ledo volvió en coche y lo aparcó en El Espín para irse caminando a casa. La denuncia por la desaparición de la mujer movilizó a numerosos efectivos de seguridad. Finalmente el cuerpo sin vida de Paz Fernández fue hallado en el embalse de Arbón, el 6 de marzo de 2018. Mientras, y antes de ser detenido, Ledo concedió una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA en la que negaba su vinculación con los hechos.

Una de las claves en el veredicto parece haber sido el contundente testimonio forense, que clarificó cómo la cantidad de fracturas que Fernández presentaba en la cabeza "no pueden corresponderse con una caída, sino con una agresión con un objeto contuso de gran peso o utilizado con gran fuerza".

El juicio se ha desarrollado coincidiendo con varias concentraciones por toda la ciudad de distintas plataformas feministas que exigían la condena de Javier Ledo por un delito de asesinato. El naviego, por su parte, recurrirá presumiblemente la sentencia.