El juicio contra Ricardo G. J., de 22 años, al que juzgan por haberse acostado con una menor de La Corredoria, en Oviedo, cuando esta tenía 14 y 15 años de edad -por lo que es acusado de un delito de agresión sexual-, y por incitarla a fugarse de casa, tuvo que suspenderse en la mañana de ayer en la sección segunda de la Audiencia Provincial en Oviedo al no presentarse el acusado. El joven está al parecer en León, donde reside su madre, también acusada en este juicio, concretamente por favorecer que su hijo tuviese relaciones con la menor.

La Fiscalía y las acusaciones particulares solicitaron que se dictase orden de busca y captura contra el joven, así como su ingreso en prisión hasta la celebración del juicio, cuya vista tendrá que volver a ser convocada. Previsiblemente, la sección segunda de la Audiencia dictará hoy miércoles un auto interesando la detención e ingreso en la cárcel del joven. Se oficiará a la Guardia Civil de León para que proceda al arresto del joven, siempre y cuando no se entregue él mismo por propia decisión a los agentes, lo que podría obrar en su beneficio.

El acusado se enfrenta a penas que suman diez años y medio de cárcel, por haberse fugado hasta en cuatro ocasiones con la menor, unos hechos ocurridos a lo largo del año 2018. En una de las ocasiones, la niña estuvo desaparecida hasta doce días, con la consiguiente preocupación de sus padres, que, por otro lado, sabían muy bien con quién se encontraba.

Esa vez estaba en casa de la madre del joven, en León. Según la Fiscalía, la progenitora sabía que la adolescente que estaba con su hijo era menor de edad y que los padres habían presentado una denuncia ante la Policía Nacional por su ausencia de casa.

La acusación particular que ejerce el padre de la joven, Roberto Álvarez, asesorado por el letrado Gabriel Cueto, pide nueve años de prisión para el joven y, como la Fiscalía, nueve meses para la madre, defendida por Alejandra Cuadriello, quien ha solicitado que su cliente declare por videoconferencia. También 9.000 euros de indemnización. La acusación particular que ejerce la madre de la víctima, cuyos intereses defiende la letrada María Rivero, también pide diez años y medio de cárcel. Todas las partes le acusan de un delito de agresión sexual por mantener relaciones sexuales con una joven menor de 16 años. La Fiscalía pide además para el acusado 12 años de alejamiento respecto a la víctima, y seis años de libertad vigilada, durante los cuales tendrá que realizar cursos de reeducación sexual.

El joven implicado en estos hechos es primo de Gonzalo Montoya, el llamado "preso resucitado", un recluso que fue dado por muerto en la cárcel de Asturias y que volvió a la consciencia cuando ya se encontraba en la morgue. Ricardo G. J. ha tenido otros encontronazos con las fuerzas de seguridad en relación a delitos contra el patrimonio, aunque no ha sido condenado.