El juicio contra el acusado de hacerse pasar por odontólogo en una clínica dental que montó en un piso de Gijón quedó ayer visto para sentencia, tras la declaración por videoconferencia del último de los testigos citados. El juicio tuvo que ser suspendido anteriormente tras no presentarse a la sesión este testigo, que finalmente ayer aseguró que se confundió de persona al denunciar. El Fiscal mantiene la petición de una multa de 9.000 euros por un delito de intrusismo profesional, y la defensa pide la libre absolución.

El Miniserio Fiscal sostenía que el acusado tenía acondicionada una habitación como clínica dental en un piso de Gijón donde, al menos durante el año 2018, realizaba actividades propias de esta profesión sanitaria "pese a carecer de la preceptiva titulación académica válida para ello, pues ni está licenciado/graduado en odontología, ni en medicina y cirugía-estomatología". Así, entre otros pacientes, el día 2 de mayo de 2018 atendió a una mujer, quien tras conocer por una amistad la existencia de esta clínica con unos precios asequibles y desconociendo la falta de habilitación del acusado, acudió a ella por un problema de movilidad de una pieza dental. También atendió a otro paciente con el que inició un tratamiento de extracción de piezas y colocación de cuatro implantes, por los que percibió 2.800 euros hasta la suspensión del tratamiento. Este perjudicado no hace reclamación alguna al haber sido indemnizado por el acusado.