El próximo mes de enero comenzará el juicio para esclarecer la muerte de una niña de 14 años que se ahogó este verano cuando descendía el río Cares en una excursión organizada junto a otros veinte jóvenes que participaban en un campamento. El único investigado es, por el momento, un hombre de Cantabria que regenta una empresa de turismo activo afincada en el pueblo asturiano de Panes, en el concejo de Peñamellera Baja. La magistrada titular del Juzgado de Llanes ha citado al acusado a declarar el próximo 13 de enero, a las diez de la mañana.

Además, tal como informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), deberán acudir a declarar, en calidad de testigos, otras nueve personas que han sido citadas por la jueza titular de Llanes. Ellos comparecerán “en distintos días, de forma presencial o por videoconferencia, dependiendo de su lugar habitual de residencia”, han matizado.

La magistrada que instruye el caso, según avanzó el TSJA, ha notificado una providencia por la que ofrece acciones a los padres de la menor fallecida; esto es, participar de forma activa en el proceso donde se abundará en las causas que se concatenaron para el fatal accidente. Ocurrió el pasado verano, el 3 de julio. El grupo de adolescentes pasaba unos días en un campamento asentado en Cantabria. Entre otras actividades se incluyó realizar una práctica deportiva descendiendo el río Cares. Les acompañaban tres monitores. Durante el descenso, la canoa hinchable en la que descendía la joven fallecida y una compañera volcó en una zona de rápidos y rocas. Una de las dos logró salir del agua, pero la otra no corrió la misma suerte y quedó atrapada. Para el rescate se necesitaron varias horas y la Guardia Civil inició aquella misma noche, tras observar situaciones irregulares, una investigación para determinar las responsabilidades de aquel suceso.

Finalmente, el empresario fue detenido el día 7 de octubre por agentes de la Guardia Civil como presunto autor de un delito de homicidio imprudente.

Según se desprende de la investigación, el negocio cometió cuatro irregularidades: no tenía autorización para realizar piragüismo en aguas rápidas, los monitores no disponían de la formación necesaria en primeros auxilios y seguridad, no cumplía la ratio de guías por cliente y carecía de medios alternativos de comunicación, como emisoras o vehículos de apoyo.