Un jurado popular había dictado veredicto de culpabilidad contra ambos y una contundente y minuciosa sentencia impone ahora 22 años de prisión para María Jesús M., Maje, y 17 años para su examante, Salvador R., por el asesinato del marido de ella, el ingeniero Antonio Navarro Cerdán, cometido la mañana del 16 de agosto de 2017 en cuarto sótano de un garaje de la calle Calamocha, en el valenciano barrio de Patraix.

En el caso de ella, se le aplica la agravante de parentesco como coautora del delito de asesinato con alevosía. Para el autor material de las cuchilladas el juez recoge una de las dos circunstancias atenuantes que pedía la defensa: la de colaboración con la justicia. El magistrado Gómez Villora recoge de forma detallada los medios de prueba en los que el jurado se apoyó coherentemente para llegar al convencimiento en lo que denomina como "cuestión nuclear", que es la participación como coautora de Maje.

1) La llave del garaje

Una de las pruebas de cargo valoradas por el jurado, que detalla la sentencia, es la conversación que ambos acusados mantuvieron el 2 de enero de 2018 en un encuentro en una cafetería de un centro comercial de Torrent. El contenido de dicha conversación, refrendada con la declaración del inspector de policía que desde una mesa próxima escuchó lo que decían y de la audición de la grabación, "es claramente incriminatorio para María Jesús y no concuerda con la tesis de que era una simple encubridora", sino que muestra que "entregó las llaves del garaje a Salva para que este pudiera cometer el crimen, así como que ambos trataban de cerrar los flecos de una coartada ante una posible detención", aclara el fallo.

2) La declaración de Salva

El testimonio de Salvador en el que relató cómo su amante le dio todas las indicaciones para matar a su marido, le facilitó la información necesaria, así como las llaves, y le dijo "no falles", ha sido una prueba clave, pero la sentencia matiza que incluso sin la declaración del coacusado en la que afirma que planearon el crimen juntos, "habría abundante prueba incriminatoria para la acusada, pues los indicios en su contra eran plurales y apuntaban de lleno a su participación en los hechos".

De igual modo, sobre la posibilidad de que pudiera haber "un componente de despecho o resentimiento" en Salvador tras poner fin Maje a su relación estando ya ambos en prisión, el magistrado aclara que "dicha circunstancia no anula la declaración como prueba de cargo, no por sí sola, pero sí junto con el resto de la prueba que se ha practicado y que corrobora las manifestaciones de Salvador en cuanto a la participación de la acusada en los hechos". Además recuerda que no obtenía ningún beneficio incriminándola, ya que el fiscal mantuvo la petición inicial de 18 años de cárcel.

3) El cambio de turno

El jurado fundamentó su veredicto también en la declaración de la jefa de Homicidios, así como en las dos llamadas registradas el 3 de agosto y los mensajes en los que Maje le comunica a su marido el cambio de turno.

Una vez fijado el día, la acusada se aseguró de que Antonio aparcara en la plaza que habitualmente utilizaba ella, según las pruebas testificales. Asimismo Salvador no conocía a su víctima y fue Maje la que le facilitó toda la información precisa sobre los horarios de su marido, el número de plaza, modelo y matrícula del vehículo.

4) Los chats con sus amantes

Semanas antes del crimen la acusada en un chat con otro de sus amantes le dice que "odia a su marido, que quiere verlo muerto e incluso que ha pensado en acabar con su vida". Posteriormente le cuenta que Antonio está en fase terminal de un cáncer y que "va a morir pronto". También es significativo el "chat absolutamente desenfadado" con uno de sus amantes siendo ya conocedora de la muerte de su marido, o el mensaje que le remite al móvil de Antonio, "siendo la única explicación plausible la de ir construyéndose una coartada".

5) Su actitud tras el crimen

El magistrado también destaca la "enorme sangre fría" que demuestra la acusada cuando acude al domicilio sabiendo ya que su marido ha sido asesinado o como intenta transmitir una imagen distorsionada de éste a la policía. Incluso le llegan a recriminar su actitud "wasapeando" con el móvil durante su interrogatorio como víctima.

6) Los mensajes amorosos con el asesino de su marido

Pese a que Maje reconoce que el mismo día de los hechos Salva le cuenta tras verse en casa de su hermana que ha matado a Antonio, no solo no lo denuncia sino que sigue teniendo conversaciones de índole sexual y encargándole todo tipo de tareas al hombre que ha matado a su marido. Eso desmonta totalmente lo que manifestó sobre el supuesto miedo que le tenía. "Del contenido de los audios escuchados en la vista oral no se adivina el más mínimo indicio de temor o miedo de María Jesús hacia Salvador". El fallo apunta que "la decisión de no denunciar no halla otra explicación que la de que había participado con él en la planificación del crimen".

7) Las escuchas telefónicas

De las intervenciones telefónicas se desprende que ni en una sola ocasión Maje lamenta la muerte de Antonio o reprocha a Salvador el haberlo matado. Además, en una de las cartas, ya en prisión, le dice que su madre reza por que no les falle.

"Exige un esfuerzo imaginativo y de ingenuidad descomunal aceptar la tesis de que sin nada tener que ver en la planificación de la muerte de su marido, se limite a encubrir al asesino confeso de éste, al que desprecia y del que no está en absoluto enamorada", según ella misma reconoció, argumenta la sentencia.