La abogada compostelana Rosario Porto planificó su muerte y dejó ordenada su celda y recogidas sus pertenencias en una bolsa, pero no dejó nota de suicidio. No obstante, entre sus pertenencias se halló un cuaderno, una libreta con anotaciones, que ahora analizan los investigadores por si ofrece datos sobre los motivos de su muerte, o incluso las causas que le llevaron a matar a su hija Asunta con sus propias manos en septiembre de 2013 y cuya autoría ni ella ni su exmarido, el periodista Alfonso Basterra, reconocieron nunca.

Porto fue trasladada a la prisión de Brieva el pasado marzo desde La Lama (Pontevedra). Antes había estado Teixeiro, donde sigue Basterra. Entre ellos ya no había relación. La madre de Asunta nunca se adaptó a los penales, de ahí sus traslados. Acumuló medio centenar de sanciones. También intentó matarse dos veces, una con pastillas y otra con el cordón de un chandal en la ducha.