El ministerio público solicita penas que suman 23 años de prisión, así como multas por importe de 215.000 euros, para la red de tráfico de drogas, concretamente cocaína, que dirigía un gijonés ingresado en la cárcel de Mansilla de las Mulas, en León, y que operaba sobre todo en Gijón y Oviedo. La banda actuó entre diciembre de 2019 y mayo de 2020, momento en el que fue desmantelada. Inicialmente fueron detenidas trece personas, aunque solo se formula acusación contra cinco. El caso aún no ha pasado a la Audiencia, al estar pendiente la presentación de los escritos de defensa.

El “cerebro” del grupo es un gijonés que ingresó en la cárcel leonesa por una brutal agresión homófoba en Gijón, en la que un hombre resultó con la mandíbula fracturada. Se trata de Alejandro A. A., de 25 años. Los agentes llegaron a él tras las quejas vecinales ante el trasiego de toxicómanos.

La fiscal considera que se dedicaba, junto a su pareja, Andrea M. S., de 23 años, “a la venta de estupefacientes a sus clientes”, comprando la droga a Adrián T. H., con quien contactaba por teléfono. Luego le daba a su novia las instrucciones en los vis a vis para pagar los estupefacientes. Adrián, de 31 años, llevaba la droga al piso de la pareja, en la calle Río Sil de Gijón, donde Andrea preparaba las dosis y las vendía a los clientes, encargándose del cobro.

Los agentes de la brigada de estupefacientes detuvieron a Adrián T. H. el 14 de mayo de 2020, cuando llevaba a la vivienda de la calle Río Sil la cantidad de 100 gramos de cocaína, tras una llamada previa de Alejandro.

La fiscal sostiene que el colombiano Luis Fernando A. R., de 52 años –defendido por el letrado Carlos Hernández Fierro–, se encargaba de proveer a Adrián T. H. de la cocaína, que a su vez adquiría a proveedores desconocidos. El fiscal sostiene que este acusado preparaba la droga, añadiendo diversas sustancias químicas con las que podría conseguir cambios de apariencia y mayor volumen.

Registros

El pasado mayo se autorizó al registro de al menos cuatro domicilios en Gijón. En el piso del “cerebro” de la red, los agentes no encontraron material alguno relevante. En otro de la calle Custodia, donde vivía Adrián T. H., hallaron 345 gramos de cocaína, con una pureza del 40 por ciento y un precio en el mercado ilegal de la droga de 34.000 euros.

En casa y en el trastero del proveedor colombiano, situado en la calle Fray Ceferino de Gijón, los agentes encontraron 1.053 gramos de cocaína con una riqueza del 42 por ciento y un precio cercano a los 60.000 euros. También hallaron pequeñas cantidades de MDMA (éxtasis), dinero en efectivo y sustancias para el corte de la droga.

Durante las escuchas, los agentes tuvieron conocimiento de que un quinto implicado se dedicaba a la venta de hachís. Se trata de Javier M. M., en cuyo domicilio de la calle Leoncio Suárez entraron los policías y encontraron 106 gramos de hachís, con un valor de 600 euros.