“Estoy muy arrepentido, fue un accidente, solo quiero que ella mejore”, expresó en la mañana de este lunes en el Juzgado de Llanes José Luis Moldes Oviedo, de 50 años, el autor confeso del asalto a la bibliotecaria de Llanes, Carmen Acebo Gómez. Moldes admitió ante la jueza haber entrado en la finca de la víctima en la mañana del domingo. La magistrada ordenó su ingreso en prisión, a petición de la Fiscalía, por riesgo de fuga y reiteración delictiva. Los delitos que le imputan son graves: robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, otro de homicidio en grado de tentativa (por las graves lesiones que causó a la bibliotecaria, que continúa en coma inducido en la UCI del HUCA en estado muy grave) y también por las heridas leves que causó al marido de Carmen Acebo, Luis Carrera. El matrimonio atacado había ayudado económicamente en varias ocasiones al investigado, que abrió una sala de recreativos al inicio de la pandemia que, lógicamente, ha devenido ruinosa.

El investigado, que se entregó a primera hora de la tarde del domingo en el cuartel de la Guardia Civil de Llanes, tras una tensa negociación por teléfono con los agentes, llegó a las juzgados a las once de la mañana. Su declaración, asistido por la letrada Vanessa Rodríguez, duró una hora, tras la cual salió camino de la cárcel de Asturias, previo paso por el cuartel. El hombre reconoció los hechos, calificando de accidental la grave agresión a la bibliotecaria. Admitió que había entrado, sobre las nueve y veinte de la mañana, en la finca del matrimonio, embozado y con la intención de apoderarse de la recaudación del estanco que regenta la pareja en Posada de Llanes. Su entrada en la finca fue saludada con ladridos por los perros, lo que extrañó a Carmen Acebo, que salió a ver qué ocurría.

La mujer fue hasta la caseta de aperos, donde se encontró con el encapuchado y empezó a gritar. Moldes le propinó entonces un fuerte golpe en la frente con una maza, lo que hizo que la mujer cayese al suelo y se golpease la cabeza contra un electrodoméstico, comenzando a sangrar abundantemente. Los gritos no le pasaron desapercibidos al marido de Carmen, quien acudió al cobertizo, iniciándose un forcejeo con el investigado, quien le propinó patadas y puñetazos. Luis Carrera, sin embargo, logró quitarle el pasamontañas, descubriendo entonces que se trataba de su vecino José Luis Moldes, al que conocía de hacía muchos años Al verse descubierto, el asaltante huyó camino del monte.

El hecho de que hubiese un hombre a la fuga y armado causó pánico en Posada y Lledías. A los cuarenta minutos del ataque, el atacante llamó a Carrera, quién sabe si para pedirle que no le denunciase. El marido entregó el teléfono a los agentes de la Guardia Civil, que comenzaron a negociar con él. Moldes dijo que iba a suicidarse y colgó. Más tarde lograron convencerle de que no cometiese una locura. El hombre quería hablar con sus hijos. Finalmente decidió entregarse. Según los vecinos, Moldes, que entrenaba a los alevines del Urraca CF y que se había divorciado, andaba en “malos pasos” últimamente.