El Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de desastres sísmicos de la Universidad de Granada achaca los terremotos de las últimas horas al hundimiento que sufre la cuenca de Granada, en cuyo borde se encuentran las fallas que los causan. Así lo explicó ayer la responsable de prevención, Mercedes Feriche, quien visitó, junto a técnicos especialistas, la localidad de Santa Fe, donde este sábado se localizó el epicentro de un terremoto de magnitud 4,4 que causó daños en viviendas en este municipio y en Atarfe y causó un herido. Se trata del décimo que se produce en la zona desde el pasado miércoles.

Feriche recordó ayer que el terremoto del sábado fue en realidad “pequeño”. De hecho, ni siquiera se considera moderado, si bien reconoció que ha causado una gran alarma social puesto que ha sido superficial y se ha producido cerca de localidades que están densamente pobladas. Asimismo, la responsable del Instituto Andaluz de Geofísica explicó que Granada se encuentra actualmente en una serie sísmica que comenzó hace “bastante tiempo” y que consiste en un “enjambre”, calificativo que recibe el conjunto de terremotos que se producen en poco espacio de tiempo y en el mismo lugar y de los que no destaca ninguno en particular pero sí varios.

Los temblores, según añadió, están relacionados con las fallas que se sitúan al borde de la cuenca de Granada, que se está “hundiendo” por su propio peso y por la acumulación de materiales, lo que, unido al hecho de que existen un montón de abanicos aluviales que cruzan entre sí, provoca estos seísmos.