La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) celebrará esta mañana la vista del recurso de apelación a la sentencia del tribunal del jurado de la Audiencia Provincial de Oviedo que el pasado mes de septiembre condenó a Brayan Tuero a 17 años de prisión por el asesinato de un hombre a la salida de un bar de Villaviciosa. El condenado no estará presente, sino que comparecerá por videoconferencia desde el Centro Penitenciario de Asturias.

Adrián Gancedo Solares, de 34 años, fue asesinado a puñaladas tras una disputa en un bar de Villaviciosa, en noviembre de 2017. Brayan Tuero, que ahora tiene 23 años, fue condenado a 17 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y a otros diez años de libertad vigilada, en los que deberá llevar siempre un dispositivo electrónico de localización y residir en cualquier lugar que no sea Villaviciosa, entre otras medidas. Tras el juicio, el pasado mes de julio, el joven ya había anunciado que recurriría.

El jurado popular consideró probado que Brayan Tuero trató de quitarle un cigarrillo a su víctima. Apenas quince minutos después, al salir del local, volvieron a enzarzarse “mediante empujones mutuos, puñetazos y patadas”. Fue el momento en el que intervino una amiga del ahora condenado, lo que provocó que tanto ella como Adrián Gancedo acabasen en el suelo.

Brayan Tuero “aprovechó la situación para darle tres puñaladas por la espalda con una navaja que portaba escondida entre sus ropas” que le provocaron otras tantas heridas, ninguna de ellas mortales.

Tras este primer ataque, y aquí radica la clave del caso, el jurado popular vio claro –tras los testimonios forenses y de los testigos– que Brayan Tuero, “que se había alejado unos cincuenta metros” de su víctima, “regresó y aprovechó para acometer de nuevo y de frente, pero sin riesgo para su propia integridad” al ver a Adrián Gancedo aturdido. En ese momento, según la sentencia, Tuero “le propinó, con ánimo de acabar con su vida y con fuerza, tres navajazos, uno a la altura del corazón”. Fue esta última puñalada la que le costó la vida a Gancedo, que se sentó en un bordillo tras el ataque, perdiendo el conocimiento y falleciendo poco después.

Mientras Adrián Gancedo se desangraba, el joven agresor se refugió en casa de una amiga, donde fue detenido a la mañana siguiente. Desde entonces ha estado en prisión preventiva y solo en el juicio pidió perdón por lo ocurrido.

Lo hizo el primer día, y también en su último turno de palabra, cuando incidió en que llevaba arrepentido “desde el primer día” y que lo seguiría estando fuese cual fuese su condena. También aseguró que su única vía de escape había sido la droga desde los 13 años.

El objetivo del juicio contra Brayan Tuero no era aclarar su culpabilidad o su inocencia, sino decidir si la muerte de Adrián Gancedo tenía que ser calificado y sentenciado como asesinato o un homicidio. La defensa del agresor abogó por lo segundo y pedía una condena de cinco años, en contra de las penas de entre 17 y 20 años que solicitaban las acusaciones particulares y Fiscalía, para quienes estuvo claro desde el principio que era un asesinato.

Tuero ya había cumplido tres años en la cárcel, con lo que de haber conseguido que el crimen fuera calificado como homicidio, su salida de prisión podría haber sido inminente.

Pero el jurado no le creyó y consideró probado que el hecho de que el joven llevase oculta una navaja dejaba clara su intención de hacerle daño a Gancedo, y que este, al no conocer de la existencia de esa arma, no pudo defenderse.

Tuero mantuvo la serenidad al pronunciarse el fallo. Solo al abandonar la sala se despidió lanzando un beso a un familiar que había acudido a la lectura del veredicto.

El joven condenado no acudirá hoy al Tribunal Superior de Justicia de Asturias, sino que seguirá la vista y declarará, si llega el caso, por videoconferencia desde el Centro Penitenciario de Asturias.