Moisés A. G., condenado a diez años de prisión por violar en 2017 a una asturiana que estaba de vacaciones en Tuy, ha sido detenido en Alemania al estar en busca y captura. La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra comenzó ayer a tramitar la extradición.

“Pensé que me iba a matar”, aseguró la joven asturiana ante el tribunal en 2019 durante el juicio. Según su relato, había ido de vacaciones con su novio en la Semana Santa de 2017. Partieron de Oviedo hacia Galicia y llegaron casi de madrugada al hotel en el que se hospedaban en Tuy. Como el restaurante estaba ya cerrado se fueron a buscar algo de cenar a una cafetería al pie de la nacional 550. Allí conocieron al presunto agresor.

La víctima explicó que a lo largo de esa madrugada los tres tomaron cervezas y que el acusado también se metió varias rayas de cocaína. Cuando ya estaba amaneciendo, su novio decidió ir al hotel a desayunar, pero ella se quedó un rato más con el acusado en el bar, hasta que él se ofreció a llevarla al hotel en su coche. A medio camino, le dijo si no le importaba parar en un lugar apartado para meterse una raya más de coca, a lo que ella accedió. Moisés A. G. la condujo entonces a un paraje escondido de miradas y ambos estuvieron charlando dentro del vehículo hasta que de repente él trató de besarla y empezaron a forcejear en el interior del coche.

La joven contó ante el tribunal que entonces el acusado comenzó a golpearla de manera violenta: “Me dio un puñetazo y me quedé tirada en el asiento”. Dijo que él continuó golpeándola, “no paraba de darme golpes”, y que incluso llegó a simular que perdía el conocimiento para ver si la dejaba en paz. Fue entonces cuando le bajó los pantalones y la violó. Después, la forzó para que le hiciese una felación. A continuación, la víctima aprovechó un momento en el que él se bajó del coche para escapar mientras él salía en su persecución. Al final llegó a un punto en el que no podía continuar más tras encontrarse con una laguna.

Presa del terror, y aunque no sabía nadar, se metió en el agua y fue agarrándose a cañas y árboles. Desde allí llamó al 112, que movilizó a la Guardia Civil, cuyos agentes encontraron minutos después a la mujer totalmente empapada y con evidentes lesiones en la cara. Uno de los guardias civiles declaró en el juicio que la mujer tenía una parte de la cara “destrozada”.

Un vecino de la zona declaró que vio a Moisés esa mañana correr detrás de una chica “persiguiéndola” en este mismo paraje. El acusado, vecino de la zona, declaró que habían mantenido relaciones sexuales consentidas. La Audiencia Provincial de Pontevedra emitió el pasado 30 de noviembre una orden de detención europea e internacional para tratar de localizar al condenado, lo que provocó finalmente su detención en Alemania.