Caso Abierto - La Nueva España

Caso Abierto - La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los “Nautilus” de la droga

Los narcosubmarinos han llegado a España para quedarse

Batiscafo intervenido en Málaga.Abajo, narcosubmarinos de Vigo y Cangas (2006 y 2019)

Los narcosubmarinos han llegado a España para quedarse. No importa que su diseño sea tan artesanal que solo puedan navegar unas millas para recoger un cargamento de droga amparados por una embarcación o velero en superficie, o más sofisticados con capacidad de cruzar el Atlántico con varias toneladas de cocaína a bordo.

Los narcos gallegos fueron pioneros en el uso de los batiscafos, desde el “feito a man” en un taller de Gondomar que abandonaron por miedo a su hundimiento con el motor en marcha en medio de la ría de Vigo en agosto de 2006, durante una de las pruebas de navegación; al narcosubmarino que hundieron en Aldán a finales de 2019, tras cruzar el Atlántico, cuando las planeadoras que debían descargar las 3 toneladas de cocaína no aparecieron al sospechar que eran objeto de seguimiento policial.

Claro que no debería extrañar, pues en la ría de Vigo se encuentra la isla de San Simón, a donde llegaron el Nautilus y el capitán Nemo de la mano del escritor francés Julio Verne. El submarino más conocido del mundo apareció por primera vez en la novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”, un recorrido que le acercó hasta aguas gallegas. Más de 150 años después otros Nautilus recuperan protagonismo en la zona para transportar grandes alijos de cocaína.

Pero el floreciente negocio ha animado a las organizaciones de narcotransportistas a ampliar sus redes al sur de la península. Nada mejor que un batiscafo para cruzar el Estrecho con cocaína descargada en la zona o bien transportada desde grandes almacenes de África.

La Policía Nacional intervino en las últimas horas en el municipio malagueño de Monda un semisumergible, todavía en construcción, diseñado para introducir drogas por la costa andaluza. La Dirección General de Policía la define “como la primera nave de estas características localizada en España”. Cuenta con nueve metros de eslora, tres de manga y tres de calado, con capacidad para transportar hasta dos toneladas de estupefacientes. El objetivo, según la investigación, era utilizarlo para llegar hasta el barco nodriza que les suministrara droga, seguramente cocaína, para luego volver a la costa andaluza y comenzar su distribución.

Para su fabricación, se utilizó la base de una planeadora sobre la que se montó una estructura de cuadernas y refuerzos con paneles de contrachapado y fibra de vidrio a la que se dotó de dos motores de 200 CV cada uno. Estos se controlan desde una consola interior donde se encuentra el timón de gobierno y las palancas de embrague y aceleración. La embarcación, con forma de gabarra y espacio para un solo tripulante, navegaría con la cubierta principal al nivel de la superficie del mar y sólo quedarían sobre esta los elementos traseros.

El artefacto fue descubierto en una investigación que comenzó hace año y medio y se ha cerrado con 52 detenidos en España, Colombia y República Dominicana. La operación internacional permitió desarticular una red dedicada a producir, adulterar y distribuir drogas. En España se realizaron 47 registros en domicilios y naves industriales de Málaga, Cádiz, Granada, Tarragona, Gerona, Castellón, Valencia, Murcia, Badajoz y Barcelona.

Compartir el artículo

stats