"¿Cómo voy a querer contagiar a 22 personas? Eso es mentira". Así de contundente se mostró el supercontagiador de Manacor en unas declaraciones al programa "Cuatro al día". Según el hombre que causó este brote de covid, ningún médico le avisó de que hiciera confinamiento una vez que se hizo la prueba PCR, por lo que siguió haciendo vida normal, acudiendo tanto al gimnasio como al Forn: "me dijeron, mañana te dirán los resultados vía telefónica, entonces yo pensé que podría seguir trabajando y yendo al gimnasio, Además, l médico me especificó que no tenía que quedarme en casa".

Por otro lado, el supercontagiador afirmó no sentirse culpable de los infectados: «Es mentira que me quitaba la mascarilla. ¿Cómo voy a tener intención de contagiar a seres humanos? Eso es mentira». Sin embargo, admitió que no dejó de salir a la calle: "A mí la fiebre me empezó a salir al segundo día, por eso seguí comportándome como si no tuviera nada". Por otro lado, el hombre lamentó lo ocurrido durante la entrevista, aunque explicó que no era su intención: "Todo lo que ha salido en televisión y en los medios no es verdad. Nunca quise contagiar a la gente".

El forn de Can Tòfol, parado

El forn de Can Tòfol tuvo que parar totalmente su actividad durante los diez días de confinamiento forzado que la mayoría de sus empleados tuvo que cumplir tras el brote de covid provocado por el supercontagiador a finales del pasado mes de enero, lo que hizo que durante este tiempo no pudieran servir ni a sus tiendas repartidas por Manacor, "ni a otros clientes que venden diariamente nuestros productos".

"Además de tener que llamar a una empresa especializada para que desinfectara conciencia todo el espacio de trabajo", y sufrir la pertinente inspección de Salud. "Estuvimos muchos días colgados sin poder trabajar, solo quedamos sin confinar un repartidor y yo, precisamente por eso pude ir a poner la denuncia", aseguró Tòfol Barceló.

Este brote también afectó al gimnasio al que acudía. "En el gimnasio siempre se mostraba muy extrovertido, acercándose continuamente a todo el mundo para saludar y hablar con la mascarilla medio bajada. Muchas veces le recriminábamos su actitud, pero seguía igual. Ha sido muy irresponsable", recordó la responsable del gimnasio Elite, Rosa Mas. "Se sentía cansado, no lo vimos como algo extraño, pero él sí que lo sabía", concluyó.