Las fuerzas de seguridad españolas han capturado muy cerca de Fuerteventura un pesquero cargado con unas 15 toneladas de hachís, en una operación que confirma la pujanza de la nueva ruta del narcotráfico hacia Europa: un enorme rodeo que comienza en Marruecos, enfila al sur hacia el Golfo de Guinea y regresa por el Sahel para a terminar en Libia.

La captura del pesquero Odyssey 227, con bandera de un país sin mar, Mongolia, responde a un trabajo de inteligencia contra las redes del crimen organizado de más de siete meses, pero cuya fase final se montó y resolvió en apenas 48 horas, cuando se detectó la presencia de ese barco cerca de Fuerteventura (a unos 30 Km), con unas maniobras que se consideraron sospechosas, por erráticas.

El pesquero fue abordado en la madrugada por un equipo del Servicio de Vigilancia Aduanera embarcado en la patrullera Sacre en condiciones de mala mar, que provocaron el momento más tenso de la operación: la caída desde una lancha de asalto de un agente que estuvo 10 minutos en el agua, sin luz y entre dos cascos, en una situación que se resolvió sin consecuencias para el afectado.

La subdelegada del Gobierno en Las Palmas, Teresa Mayáns, y la representante de la Agencia Tributaria en Canarias, Carmen Guillén, han contado a los periodistas los detalles de esta intervención, denominada "Agua mojada", a la llegada a la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria de la Sacre y el Odyssey 227 con los cuatro detenidos: el capitán, italiano, y tres marineros senegaleses.

La Policía y la Guardia Civil tenían previsto desembarcar los fardos hachís alijados en la bodega del Odyssey en cuanto atracara en la base de la Armada, pero ese trabajo se ha pospuesto por el momento, porque los detenidos han solicitado un "habeas corpus"; es decir, han ejercido el derecho de todo detenido a solicitar que le pongan de inmediato ante un juez, para impugnar su arresto.

Por ese motivo no se conoce la cantidad exacta de droga que transportaban los detenidos, porque aún no se ha podido pesar. Las fuerzas de seguridad creen que oscila entre 10 y 15 toneladas de hachís, inclinándose más bien hacia esa última cantidad.

La delegada de la Agencia Tributaria y los responsables del operativo en Canarias subrayan que, en el último año, son ya más de media docena las operaciones importantes de captura de hachís que se han realizado en el entorno del archipiélago con barcos que se dirigen rumbo sur, aunque el destino del alijo esté en Europa.

La tesis que manejan las fuerzas de seguridad es que las mafias han desviado los envíos por la presión policial en el estrecho de Gibraltar y el Mediterráneo y trasportan la droga hacia Libia por tierra, atravesando los países de la franja del Sahel.

En esos casos, la droga sale por mar por la costa atlántica de Marruecos y es desembarcada en diversos puntos de Guinea Bissau, Guinea Conakry, Sierra Leona, Senegal o, incluso, más al sur.

"Son siempre con barcos de envergadura, no con la típica lancha semirrígida que alija a veces en nuestras cosas. Este es otro tipo de fenómeno en el tráfico de estupefaccientes", ha señalado el jefe regional del área de Vigilacia Aduanera de Canarias, Carlos Moreno.

En cuanto a la caída de su compañero al mar, ha subrayado que los abordajes son siempre operaciones de riesgo y ha relatado cómo ocurrió: cuando el jefe del equipo de asalto subía al Odyssey, una ola separó la semirrígida del pesquero e hizo que se fuera al agua.

"Cayó en la popa, cerca de la hélice. Se consiguió separar rápidamente y el compañero que cuidaba de la situación pudo rescatarlo (...) Desde que se dijo 'hombre al agua', a las 5.15 horas, para nosotros fue una eternidad, pero realmente fueron diez minutos", ha detallado.