Agentes de la Policía Nacional detuvieron en Benidorm (Alicante) a un presunto pederasta británico que logró acceder a las cámaras de vigilancia doméstica de más de 70 familias de diferentes países y obtener más de mil grabaciones de niños desnudos, dos de ellos en España. El detenido, muy activo en las redes ocultas, había organizado un sistema de venta de pornografía infantil a cambio de bitcoins o de imágenes de abusos grabados por sus clientes y acosó sexualmente, al menos, a once menores.

Las investigaciones comenzaron cuando la Task Force Argos de la Policía de Queensland (Australia) encontró imágenes sexuales de un niño del área del Pacífico que habían sido subidas desde España. El rastreo del usuario mostró que utilizaba nombres diferentes en una variedad de foros ocultos de pedófilos, pero los agentes descubrieron que se trataba de un individuo ya detenido cuando era menor por hechos similares y se inició un control discreto de sus actividades.

Como medida de precaución, había comenzado a usar otro nombre de usuario, con el cual distribuía imágenes obtenidas gracias al acoso sexual a través de internet a dos niños de unos 9 años. Además, se ofrecía como canguro a domicilio y ejercía como profesor particular de inglés, lo que le permitió tener, al menos, diez alumnos. Ello disparó las alarmas de los agentes, que decidieron detenerle. Los agentes hallaron algunas imágenes de abusos sexuales, así como rastros del uso de criptomonedas y envíos de dinero a Rumanía a través de implicados en prostitución de menores. Se intervino, además, gran cantidad de material informático para su análisis posterior. Se publicitaba en sitios adonde acuden consumidores de ese tipo de material y les ofrecía material novedoso a cambio de pagos en bitcoins o mediante el intercambio de imágenes de abusos. También actuaba de intermediario entre productores y consumidores y cobraba comisión.

Un adulto le contrató para que obtuviera imágenes sexuales de un niño, a razón de 80 dólares por foto. Habría obtenido un beneficio de entre 2.000 y 3.000 dólares. También se descubrió que grabó, en al menos una ocasión, a los niños a los que daba clases particulares, sin que ellos fueran conscientes. Y acosó sexualmente al menos a once niños que accedieron a vídeochats, a los que grabó desnudos y en ocasiones incluso amenazó.