Un hombre ha sido denunciado en Can Picafort por intentar arrollar a varios peatones con un caballo, con el que cabalgaba al galope por un concurrido paseo peatonal.

Los hechos se cometieron alrededor de las diez de la noche del viernes. Según han señalado fuentes policiales, a través del servicio de emergencias 112, se informó que varias personas llamaron diciendo que un individuo estaba maltratando a un caballo y situaron el incidente en la zona de la playa de Can Picafort.

Acudieron a la llamada dos policías locales, que pudieron comprobar que había un hombre montado a caballo por el paseo Ingeniero Antonio Garau. Montaba al animal de forma temeraria e intentó arrollar a varias personas que caminaban por este tramo de la calle. Realizaba galopadas con el caballo y de pronto realizaba brucos frenazos.

Los policías lograron interceptar al individuo y se le identificó. Era un hombre de nacionalidad española, de 47 años de edad, residente en la zona de Can Picafort. La primera impresión que notaron los agentes es que el hombre se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente. Se mostraba muy alterado, al tiempo que mantenía una actitud muy poco colaboradora con los agentes. Al preguntarle por la razón por la que estuvo trotando con el caballo por un paseo peatonal lleno de gente, dijo que “iba a comprar tabaco”. También negó que hubiera maltratado al animal, preguntándole incluso al policía si observaba sangre o lesiones en el caballo.

Mientras la policía estaba identificando al jinete, varias personas se acercaron a la patrulla, tanto residentes, como turistas. Explicaron que el individuo estuvo cabalgando con el caballo sobre la arena de la playa. Describieron que estuvo galopando y saltos con el animal sobre una especie de corriente de agua que desemboca en el mar.

Los testigos señalaron también que cdaa vez que el animal se caía, al levantarse del suelo el jinete le estuvo propinando puñetazos al caballo. Le golpeó en los ojos y en la cabeza, al tiempo que también le propinaba patadas por las piernas. No fue una única agresión, sino que el jinete le golpeó varias veces, según coincidieron varios de los testigos.

La patrulla policial de Santa Margalida, para proteger al animal, lo trasladó a un rancho de la zona de Can Picafort, donde estará custodiado hasta que el juez decida el futuro del caballo.