El exdiputado de Vox Carlos Fernández-Roca se ha proclamado este lunes en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid inocente del delito de abuso sexual a una mujer del que está acusado y ha dicho: "Lo he perdido todo, toda mi vida se ha desmoronado", y este caso "ha destrozado a mi familia".

El fiscal ha mantenido su petición de cinco años de prisión para Carlos Fernández-Roca por un delito de abuso sexual cometido en la noche del 7 a 8 de noviembre de 2020 en su domicilio de Madrid y que además indemnice a la víctima, que entonces tenía 23 años, en 5.000 euros.

Por su parte, la abogada de la mujer que denunció a Carlos Fernández-Roca ha solicitado que sea condenado a ocho años de cárcel y una indemnización de 15.000 euros por abuso sexual con penetración no consentida.

En su turno de última palabra Carlos Fernández-Roca ha recordado que, cuando fue denunciado por la joven, renunció a su escaño y también a su aforamiento como diputado y a su derecho a ser juzgado por el Tribunal Supremo, porque mantiene su inocencia y confía en "la justicia, en el sistema judicial y en los magistrados de la Audiencia Provincial".

El exparlamentario, que presentó una denuncia por falso testimonio contra la joven, ha añadido: "Yo tenía 36 años y todo por delante, era diputado nacional y lo he perdido todo, toda mi vida se ha desmoronado y han destrozado a una familia, a mis padres, a mi hermano y a mi novia con la que espero casarme".

Ha explicado que llegó a donde estaba tras mucho esfuerzo y que consiguió ser capitán de Ejército por oposición "tras mucho sacrificio" sin que ahora ni siquiera pueda volver a las Fuerzas Armadas por este procedimiento.

"Mantuve una relación sexual completa consentida con una persona pero, si ahora se arrepiente de ello, no significa que fuera un abuso sexual: fue consentido", ha insistido.

Durante su informe el fiscal ha explicado que solicita 4 años de cárcel, la pena mínima prevista para el abuso sexual que atribuye al acusado, ya que lo enmarca en una relación consentida por la denunciante en cuanto a besos y tocamientos, pero no para la penetración vaginal que realizó el acusado en contra de la voluntad de la joven.

La letrada de la acusación ejercida por la joven ha estimado que se ha demostrado que el acusado se aprovechó de la situación de embriaguez de la mujer para después de estar bebiendo ir a su casa para consumar el abuso sexual.

"Ella solo consintió besos porque le gustaba, y él sabía que era muy católica y que se reservaba la pérdida de la virginidad para el matrimonio, pero, a pesar de eso y que le pidió que parase, él le dijo que se relajase y consumó la penetración vaginal no consentida".

El abogado defensor ha pedido su absolución y ha explicado que nadie puede creerse que una persona que dice que fue violada se quede dormida tras el acto sexual y envíe, cuando se fue de la casa del acusado, mensajes de whatsapp a una amiga y a otras cuatro personas sin mencionar la supuesta agresión sexual.

Ha mantenido que la denunciante "miente por el trastorno límite de personalidad que sufre, según la propia perito psicóloga presentada por la acusación, que hace que tienda a exagerar todo".