La Audiencia Provincial ha condenado a siete años y medio de prisión al vecino de Tordera (Barcelona) de 31 años y afincado en Palamós (Girona) acusado de intentar matar a su compañera de piso asestándole treinta puñaladas tras una discusión durante el primer estado de alarma, en junio de 2020.

La fiscalía solicitó para el procesado en el juicio, celebrado el pasado 4 de abril, una pena de doce años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa.

La defensa, en manos del letrado Carles Monguilod, consideró que se trataba de un delito de lesiones con las atenuantes de alteración psíquica, confesión y reparación del daño, ya que el acusado consignó 15.000 euros para la indemnización, y pidió 3 años y medio de prisión.

La sentencia de la sección tercera, de la que ha sido ponente el magistrado Manolo Marcello, ha obviado la primera de estas atenuantes, pero ha contemplado las otras dos y ha impuesto una pena de siete años y medio de cárcel y cinco de libertad vigilada, a la vez que prohíbe al procesado que se acerque a menos de quinientos metros de la víctima durante una década.

En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar con 100.000 euros a la mujer y con 54.604 al Instituto Catalán de la Salud por los gastos médicos derivados de la agresión.

Según recoge la sentencia, que da credibilidad al relato de la víctima, de 34 años, los hechos ocurrieron en Palamós el 10 de junio cuando ésta reprochó al acusado, Martí S., el incumplimiento de tareas domésticas y que tuviera la intención de salir, teniendo en cuenta que eran las 23:00 horas y estaba en pie el confinamiento. La discusión fue subiendo de tono y la mujer le advirtió de que si salía a la calle como ya había hecho anteriormente y por lo que había sido multado le denunciaría a la policía, momento en que el procesado la golpeó en el estómago.

Según el escrito, en ese momento, “de manera sorpresiva e inesperada, sin que pudiera defenderse, sacó una navaja de 2,5 cm de ancho y 8 de largo que llevaba escondida en la manga de la sudadera y se la clavó repetidamente en distintas zonas, mientras ella suplicaba para que parara”. La víctima, señala el escrito, presentaba “al menos unas 30 lesiones en prácticamente la totalidad de su cuerpo, algunas especialmente dolorosas e innecesarias”.

Finalmente, la mujer salió a pedir ayuda al rellano y el agresor se fue en su coche a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de la Bisbal d’Empordà (Girona), donde confesó su acción e indicó a los agentes donde podía estar el arma usada que tiró por el balcón del piso.