"Me apuntó con una pistola, que resultó ser simulada. Me preguntó si estaba asustada, contesté que sí y él dijo que era eso, exactamente, lo que quería mostrar en sus fotografías: chicas asustadas". Es la denuncia, ante la Policía Nacional, de Shelma Bertomeu, una estudiante de Psicología y aficionada al arte, de 25 años, nacida en Barcelona, que asegura haber sufrido abusos por parte de un fotógrafo al que conoció por Instagram.

"Lo conocí cuando tenía 18 años, él se hacía llamar Alek. Se dedicaba a la fotografía, también era pintor, y había hecho algunas exposiciones", relata la joven a CASO ABIERTO. De acuerdo con su denuncia, a la que ha accedido el portal de Sucesos e Investigación de Prensa Ibérica, fue él quien inició la conversación a través de la red y le propuso "introducirla en el mundo artístico".

Le propuso quedar, enseñarle su obra. "Parecía amable, muy profesional", cuenta la joven. La citó en una cafetería y "se ofreció a hacerme una sesión de fotos". Él le explicó que quería fotografiarla desnuda, pero ambos acordaron que no sería en ese momento. La invitó a ver su estudio "para hacer un simulacro de cómo sería la sesión, que en esta ocasión sería con ropa con el fin de coger confianza", explicó Shelma ante los agentes el 14 de octubre de 2020. Lo que vino después, afirma la joven, se alejó del arte.

Shelma dijo 'no'

"Insistió en que me fuera quitando prendas de ropa, decía que de esa manera el día que hiciera la sesión me encontraría más cómoda", aseguró ante los agentes. Entonces, el fotógrafo "aprovechó para tocarle los pechos, con la excusa de colocarla para las fotos". Le "recriminó" lo ocurrido y "se quitó los pantalones, y comenzó a tocarse" mientras la joven se encontraba desnuda, realizándole preguntas de índole sexual que la incomodaban", plasmó en su denuncia a la policía.

La escena sigue, Shelma añade que el fotógrafo intentó tocarle por debajo de la ropa interior, pero ella lo apartó. El hombre respondió: "No te voy a violar, no te preocupes". Según se recoge en su denuncia, la joven, atemorizada por estar en el domicilio de una persona desconocida, le pidió que le dejara marcharse del estudio. Él le contestó "de manera brusca y contundente" que no se podía marchar "hasta que no acabase de hacer fotografías". Continuó la sesión. Para uno de esos retratos, el hombre "le apuntó con una pistola, que resultó ser simulada".

La joven solo pudo escapar después de firmar "unos documentos en los que daba su consentimiento para que Alek publicase las fotos que le había hecho", según denunció. "Solo quería salir de allí, así que firmé el documento sin leerlo detenidamente y sin reparar en las consecuencias".

"Provocador entusiasmado (...) soy pintor antes que fotógrafo, aunque lo uno y lo otro se entremezclan constantemente”, junto a su foto, su descripción. Los datos, a los que ha tenido acceso CASO ABIERTO conducen a A.B.L, de origen armenio, que se afincó en Barcelona. Sus redes, hoy abandonadas, están llenas de jóvenes que podrían haber sido víctimas de sus grotescos actos. Sus nuevos perfiles, a las que no se puede acceder, son de carácter privado. Su víctima asegura que sigue en activo. Sigue contactando con mujeres.

Aquella vez, era la primera vez que Shelma posaba como modelo.

Shelma salió del estudio directa a comisaría. Primero acudió a los Mossos d'Esquadra, pero cambió sus pasos. Decidió no denunciar. "Sentí que los agentes no dieron a mi caso la importancia que tenía. Me dijeron que al ser solo una persona la que denunciaba y al tratarse de tocamientos, solo, la investigación sería un proceso largo", lamenta. "Acabé sintiendo que no valdría para nada y tenía miedo. Miedo de que él supiese que le había denunciado. Si no iba a servir de nada y encima podía enterarse de que era yo...", afirma.

En casa, al día siguiente, escribió al artista, tal y como consta en su denuncia, "le recriminó su comportamiento, le pidió que no publicase sus fotografías". Él se excusó diciendo que lo ocurrido no le había pasado nunca, que nunca se había sentido atraído por sus modelos. Hizo caso omiso y publicó una foto de Shelma desnuda en su perfil de Facebook.

Secuelas

"Sufrí estrés postraumático, tuve que ir a terapia mucho tiempo porque tenía el sistema de alerta muy mal", denuncia la joven. "Aún a veces lo tengo, al mínimo ruido me altero. Te van quedando secuelas, aunque ya estoy mucho mejor".

Viendo un documental consiguió vencer al miedo, cuenta hoy. En su cabeza, solo una idea: "si yo he sido víctima, seguro que hay muchísimas más". Comenzó a investigar. Se introdujo en el mundo de su presunto abusador, en sus redes, en sus contactos. "Me creé un perfil falso, y entré en el de él".

Vídeos de los abusos

Buscó a las chicas que estaban etiquetadas, a las que no... "Era difícil porque yo no quería hablarles directamente y decirles 'mira me ha pasado esto', sé que eso puede influir, enturbiar la veracidad de todo y también su propio recuerdo", cuenta la joven.

El proceso fue largo, pero "conseguí vídeos y fotos en los que abusaba de otras chicas y decidí llevárselos a la Policía Nacional en un pen drive. Ahí sí denuncié mi caso". En total, localizó a casi una veintena de mujeres, afirma. Todas con un patrón común: "somos parecidas físicamente, todas aparentamos tener menos edad". Cuatro de las jóvenes -todas de Barcelona- fueron juntas a denunciar, "aunque las pusimos individualmente". Una quinta lo ha hecho desde su país, Alemania.

Orden de detención

Se arroparon entre ellas, se unieron, se dieron fuerza y consiguieron que el juzgado de instrucción número 14 de Barcelona citara a declarar como investigado al fotógrafo. Pero para entonces él ya se había ido de España, no se presentó. "Anunció en sus redes que se marchaba a su país, Armenia. Llamamos a la policía, le dijimos que se iba a ir, que si no se podía hacer nada. Nos dijeron que no", se queja la joven. "Si sabemos que se está yendo, el día exacto en el que se va ir...".

"La justicia alega que solo pueden esperar a que vuelva para detenerlo, que cuando toque suelo español o alemán, lo cogerán, porque hay una orden de detención contra él. Mientras tanto no hay más que hacer, tenemos que esperar", añade Shelma.

Mientras espera, la joven de Barcelona quiere advertir a otras chicas de que el fotógrafo "sigue activo en la red, es peligroso, sigue contactando con mujeres y subiendo fotos de ellas".