INVESTIGACIÓN

El robo de 45 botellas de vino en el hotel Atrio apunta a Rusia

La Policía investiga una confidencia que asegura que los ladrones vendieron la mayoría de las botellas, valoradas en más de millón y medio de euros, a "rusos adinerados"

Constantin Gabriel Dimitru y  Lara Priscila Guevara, captados por las cámaras del lujoso hotel restaurante Atrio, en Cáceres.

Constantin Gabriel Dimitru y Lara Priscila Guevara, captados por las cámaras del lujoso hotel restaurante Atrio, en Cáceres. / CASO ABIERTO

La investigación del robo de 45 botellas de vino del restaurante Atrio, valoradas en 1.648.500 euros, apunta a Rusia, o más bien a ciudadanos rusos. El ladrón, Constantin Gabriel Dimitru, y su compañera, la que fuera miss mexicana Lara Priscila Guevara, habrían vendido la mayor parte del botín a un grupo de ciudadanos rusos, según ha sabido CASO ABIERTO, canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica.

Dimitru y Guevara están en prisión a la espera de ser juzgados. La Fiscalía pide para ellos cuatro años y medio de cárcel por el robo de las 45 botellas, cometido el 26 de octubre de 2021 en el lujoso hotel restaurante Atrio de Cáceres, un tres estrellas Michelín.

Huida por Europa

Tras el asalto, grabado por las cámaras de seguridad, la pareja se fue de España y pasó por varios países europeos, como Francia, Rumanía y Alemania, antes de ser detenidos en la frontera de Montenegro con Croacia, el pasado 18 de julio. Entonces ya no llevaban una sola botella de vino ni una cantidad significativa de dinero en metálico.

La pista que sigue la policía indica que Dimitru no vendió la botella de Chateau d’Yquem, valorada en 310.000 euros. La tendría oculta como una especie de "plan de pensiones" para cuando salga de la cárcel

Trasladados a España y encerrados desde entonces en la cárcel de Cáceres, Dimitru y Guevara se han negado a dar noticias sobre el paradero de las botellas. Los investigadores de la UDEV de la Policía Nacional siguen varias pistas, especialmente una reciente confidencia llegada del sector del vino y que señala un posible destino de los caldos: la mayoría de ellos habrían sido ya vendidos a un grupo de ciudadanos rusos pudientes con el que los ladrones se habrían citado en un país europeo de los que visitaron durante su fuga. De hecho, los investigadores sospechan que se trató de un robo por encargo, o al menos con una lista de potenciales compradores para los vinos antes de cometer el asalto.

Entre las botellas vendidas, según esa confidencia, estarían las 38 de Romanee Conti, un vino tinto de la Borgoña que se vendía a 12.000 euros la unidad en el restaurante del que fueron robadas.

Constantín Gabriel y Priscila Lara Guevara en sede policial tras ser detenidos.

Constantín Gabriel y Priscila Lara Guevara en sede policial tras ser detenidos. / POLICÍA NACIONAL

Su vino favorito

Dimitru, condenado recientemente a un año de cárcel por robar en 2019 una botella de whisky Balvenie en una tienda de lujo de Madrid, tiene afición por hacerse con ese vino francés. De hecho, está acusado también de llevarse dos botellas de ese caldo de una tienda del barrio de Salamanca en Madrid y tiene pendiente otro juicio por llevarse otras tres Romanee Conti del Duty free del aeropuerto de Ginebra (Suiza) en octubre de 2020.

"Existe un mercado negro de Romanee Conti, en toda Europa", explican fuentes del sector a CASO ABIERTO: "Es un vino del que se hacen solo 3.500 botellas cada año", subrayan, "y cualquier botella tiene salida rápida".

La pista del dinero

Tras detener a los autores del robo, la policía busca ahora, además del vino, el dinero. Dimitru y su pareja no tienen nada a su nombre, ni compraron ningún inmueble ni coche durante su fuga a Europa. El hombre, además, se deshizo de su teléfono móvil, donde tenía los contactos para vender el vino; cuando fue detenido en Croacia llevaba un nuevo dispositivo con menos información sobre sus pasos anteriores. La investigación patrimonial sobre la mujer, ex miss Earth Estado de México, tampoco ha dado fruto.

La joya de la corona

La pista rusa, sin embargo, excluye que Dimitru y su pareja vendieran durante su huida la botella de Chateau d’Yquem; la joya de la corona, un vino dulce de Burdeos de 1806, valorado en 310.000 euros. El cerebro del asalto y su pareja tendrían oculta esa botella como una especie de "plan de pensiones" para cuando salgan de la cárcel, tanto para ellos como para la única hija que le queda al hombre.

Mientras estaba fugado por Europa, Dimitru recibió la terrible noticia de que su otra hija había muerto. Fugitivo y buscado, el tipo tuvo la sangre fría de regresar a España y asistir, sin que la justicia diera con él, a la incineración de la joven en un tanatorio de Madrid. Luego, volvió a escapar.