Desaparecida

La Guardia Civil no abandona la búsqueda de Malén Ortiz en Mallorca

Perros especializados de la Benemérita han rastreado esta semana dos fincas de Calvià y Binissalem en busca de restos de dos desaparecidos

Guardias civiles inspeccionan con perros la finca cerca del lugar donde desapareció Malén.

Guardias civiles inspeccionan con perros la finca cerca del lugar donde desapareció Malén. / MANU MIELNIEZUK

Xavier Peris

Malén Ortiz desapareció el 2 de diciembre de 2013Tenía entonces quince años. Antonio Llabrés, tenía 48 años cuando fue visto por última vez, el 24 de agosto de 2020. Se trata de dos casos sin relación, más allá del convencimiento de los investigadores de que ambos fueron víctimas de crímenes violentos y de que sus restos nunca han aparecido. Son dos de las investigaciones prioritarias para la Guardia Civil, que esta semana ha activado un gran operativo de búsqueda a partir de unas pistas aparentemente muy endebles, pero que era necesario descartar. Durante tres días un equipo de perros especialmente adiestrados para localizar restos humanos ha rastreado dos fincas, en Calvià y Binissalem, sin hallar nada positivo. La operación ha permitido constatar algo más: la Guardia Civil no abandona la búsqueda.

Han pasado casi diez años de la desaparición de Malén. Sobre las tres de la tarde del 2 de diciembre de 2013 la adolescente se bajó del autobús en la avenida de sa Porrassa, en Calvià, y se dirigía en monopatín a comer a casa de su novio, ya que se había olvidado las llaves de su domicilio. Su paso quedó registrado por una cámara de seguridad, pero después ya no se sabe nada más de ella.

La investigación ha ocupado a decenas de guardias civiles, muchos de la isla y otros desplazados expresamente de la península. Uno de los primeros sospechosos fue un hombre de 65 años que tenía una caseta en la zona que usaba como trastero. Los investigadores repararon en él tras protagonizar un altercado con unas chicas jóvenes y descubrir que tenía fotos pornográficas de menores en su ordenador. Fue sometido a vigilancia, interrogado y sus viviendas registradas. Sin éxito.

Los agentes, durante l la búsqueda en Binissalem.

Los agentes, durante l la búsqueda en Binissalem. / B.RAMON

Recientemente unos familiares habrían informado a la Guardia Civil de que el hombre, ingresado en un psiquiátrico con un «trastorno delirante crónico», había comentado que sabía dónde estaba el cuerpo de la adolescentecomo informó Caso Abierto, canal de suceso de Prensa Ibérica. Esta información ha llevado a activar la «operación Vans». La Guardia Civil aprovechó una denuncia sobre un vertido de escombros en la finca para montar un gran dispositivo de rastreo.

Un equipo de guías caninos con perros adiestrados para localizar cuerpos humanos se desplazó expresamente desde Madrid. Los guardias abrieron profundos agujeros en el terreno para facilitar que los canes detectaran el olor del subsuelo. Un excavadora removió todo el terreno. Tras dos días de trabajo, la búsqueda concluyó sin resultados. «Teníamos que intentarlo, al menos para descartarlo», comentó un agente de la Benemérita, consciente de la pista era muy débil.

El miércoles el operativo se traladó a Binissalem, escenario de otro posible crimen sin resolver. En este caso el sospechoso es Juan Torres Serra, alias Rotavella,un veterano delincuente ibicenco de 58 años, que en las últimas décadas ha sido investigado por la desaparición de tres personas. A ellas hay que añadir un cuarto desaparecido, Antonio Llabrés, que fue visto por última vez en agosto de 2020.

Este hombre había acogido a Rotavella en su casa de Binissalem durante varios meses. Tras su desaparición, el sospechoso manifestó que el hombre se había marchado y mostró un documento en el que le dejaba vivir en su domicilio. Cuando la Guardia Civil confirmó la identidad del compañero de casa se dispararon las alarmas. El sospechoso fue detenido y durante días los investigadores revisaron cada centímetro de la finca en busca de signos de enterramiento. No apareció nada y Rotavella siguió libre.

Recientemente la Guardia Civil recibió una información. Un hombre que parecía el sospechoso había sido visto excavando en otra finca a unos tres kilómetros de la casa, por lo que el pasado miércoles los perros de la Guardia Civil volvieron a inspeccionarla. De nuevo sin resultado. Pero la búsqueda continúa.

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