Tribunales

Condenados dos jóvenes por una violación grupal en Vigo

El ataque, que los agresores acompañaron de "risas y carcajadas", fue "altamente invasivo" y dejó "huella psíquica" en la víctima

En el banquillo se sentaron tres jóvenes, pero uno de ellos resultó absuelto.

En el banquillo se sentaron tres jóvenes, pero uno de ellos resultó absuelto. / Pablo Hernández Gamarra

Marta Fontán

Una agresión sexual grupal cometida en un ambiente de "presión" y de falta de "libertad de movimientos" para una víctima a la que le quedó una evidente "huella psíquica". La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha condenado a los dos jóvenes dominicanos que se sentaron en el banquillo acusados de violar a una joven de 18 años de edad en un piso de Travesía de Vigo en 2022.

La Audiencia califica los hechos de delito de agresión sexual con penetración cometido por la actuación conjunta de dos personas e impone 9 años de prisión a Albert A.A.R., mientras que a Miguel Ángel W.A. —al que se le reconoció una circunstancia atenuante por haber consignado 7.500 de los 17.000 euros con los que deberán indemnizar a la víctima— ha sido sentenciado a 11 años y seis meses ya que también es culpable de un delito de descubrimiento y revelación de secretos: grabó con su teléfono móvil parte de la violación.

En el banquillo se había sentado también un amigo de los anteriores acusado de un delito de omisión del deber de socorro por no detener lo que estaba ocurriendo: durante la violación, entró en el dormitorio con un teléfono con el que enfocó, con la linterna encendida, a la mujer, permaneciendo allí "riéndose". Pero en este caso la sala lo absuelve porque, pese a esta conducta, la misma no reúne los requisitos que exige el tipo penal que se le atribuía.

Un vídeo de 14 segundos

En una sentencia contra la que cabe recurrir en apelación, las tres magistradas que conforman el tribunal relatan que el 4 de septiembre de 2022 la joven, que había salido con dos amigas por Areal, conoció a los ahora condenados en un pub. El grupo, avanzada la noche, fue al piso de Travesía, donde la víctima se fue a un dormitorio con Albert para mantener relaciones sexuales consentidas.

Tras irse de la vivienda las amigas de la denunciante, Miguel Ángel —el que acabó grabando con su teléfono móvil parte de la violación quedando como prueba de ello un vídeo de 14 segundos que se aportó a la causa judicial— entró en la habitación donde intimaban su amigo y la joven y, "aprovechando la presencia del coacusado y el contexto existente", se bajó los pantalones y se dirigió con intención sexual hacia la mujer.

Pese a la negativa de ella, la "cogió por el pelo" y comenzó a agredirla sexualmente, violación grupal que secundó el hombre que ya estaba con ella en el dormitorio pese a que la joven les pidió varias veces que "parasen". El tercer acusado, el que fue absuelto, entró mientras "estos hechos se estaban llevando a cabo". La víctima, en sus declaraciones durante este largo proceso judicial, relató que los autores respondieron con "risas y carcajadas" a sus ruegos de que cesasen con la agresión.

"Retira la denuncia, es una tontería, si lo haces te darán 30.000 euros"

Las magistradas que han dictado sentencia sobre esta violación grupal concluyen, en contra del alegato exculpatorio de los acusados, que ha quedado "plenamente acreditado" que las relaciones sexuales "no fueron consentidas". Junto a la propia declaración de la víctima, la sala ve otros "elementos corroboratorios": el que ella llamase a la Policía tras lo ocurrido, su estado de shock cuando llegaron los agentes o la "huella psíquica" que sufre, con secuelas y daño moral. "Los actos en los que consistió la agresión sexual fueron altamente invasivos y la agresión duró una media hora, interviniendo en la misma dos personas", se destaca sobre la gravedad de lo ocurrido.

Otro "elemento corroborador" es la llamada telefónica que la víctima recibió cuando estaba en la comisaría viguesa, en la que una de sus amigas, según la joven, le habría pedido que "retirase la denuncia", que todo era una "tontería", y que le iban a dar 30.000 euros si lo hacía. Un policía que estaba con la chica en el momento de esa llamada corroboró la realidad de la misma, indicando que la mujer "se alteró porque le pareció mal". La autora del contacto telefónico, mientras, negó que le hubiese dicho lo del ofrecimiento de dinero.

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