Investigación

Detenido un subinspector de la Policía Nacional en Gran Canaria por extorsión, coacciones y amenazas

El agente, arrestado por Asuntos Internos, estaba destinado en Seguridad Ciudadana en el sur de la isla

Exterior de la comisaría de Policía Nacional de Maspalomas

Exterior de la comisaría de Policía Nacional de Maspalomas / Efe

Carlota Barcala

Las Palmas de Gran Canaria

Llevaba años caminando en la frontera de lo legal y lo ilegal, una fina línea que lo llevó a caer en la zona prohibida y corromperse. Presuntas coacciones, amenazas y extorsiones vinculadas al menudeo de drogas en el sur de Gran Canaria pesan en su contra. Y todo eso pese a que era él quien supuestamente por su trabajo como Policía Nacional debía detener a los verdugos. Asuntos Internos sospecha que este agente, destinado en Maspalomas, terminó convertido en lo que un día persiguió: un presunto delincuente. La Policía detuvo este lunes a uno de los suyos, un subinspector destinado en la comisaría de Maspalomas.

La investigación de Asuntos Internos, con agentes llegados de Madrid, comenzó hace unos meses, coincidiendo con el momento en el que la actitud de El Luci, apodo por el que conocen a este subinspector de unos 50 años, cambió por completo. Su comportamiento hacía tiempo que había dejado de ser intachable, pero este año empeoró. El Luci, destinado en Seguridad Ciudadana, acumulaba expedientes previos abiertos por mala praxis. Varias faltas graves, algunas incluso de su anterior etapa en la Policía Nacional, cuando patrulló en Las Palmas de Gran Canaria.

Las quejas en su contra y su conducta irregular, más allá de las investigaciones internas abiertas, llevaron a que sus superiores lo trasladaran a Maspalomas. Pero tampoco fue solución. En el sur, presuntamente, coaccionó, amenazó y extorsionó a varias personas por motivos vinculados al menudeo de drogas, según los datos recopilados por la Provincia/Diario de Las Palmas. Esto fue lo que desencadenó la investigación de Asuntos Internos.

Este lunes, agentes de esta unidad que vela por el buen comportamiento de los policías llegaron desde Madrid a la Isla para detener a su compañero. Un agente convertido en supuesta manzana podrida que duerme en los calabozos de la comisaría del sur de Gran Canaria, las dependencias que hasta hace solo 48 horas eran su centro de trabajo.

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