Esto de que los indecisos vayan a decidir el color político de España tiene su cosa, y abre varias cuestiones. Primera: ¿dice la verdad el indeciso al no decir, o es por darse a valer? Segunda: ¿por qué no se le pregunta a continuación al indeciso si piensa decidirse para al 24-M o mantendrá con firmeza hasta el final su convicción indecisa? Tercera: ¿es que el indeciso no tiene claro si es de derechas o de izquierdas, o su indecisión es entre votar al equipo titular respectivo (que puede pasar a suplente) o al suplente respectivo (que puede pasar a titular)? Cuarta: puesto que todos los políticos, flotantes o emergentes, son tan listos, ¿por qué nadie ha montado un partido de indecisos, para llevarse ese porrón de votos? Quinta: ¿qué tal (sólo un suponer) si los decididos nos hacemos indecisos de veras, votando en blanco, para que gobiernen de una vez los indecisos de boquilla (callada)?