No me gusta aquí decir simplemente cuarenta años. Demasiado breve para casi toda una vida.

Recuerdo mi sorpresa joven cuando mi compañero de asiento en el Instituto Jovellanos cantaba aquel tango que decía que veinte años es nada. Veinte años era, más que todo para mí. Tampoco me gustaba el tango, pero éramos amigos y le escuché también lo del Siglo XX cambalache, problemático y febril. ¿Qué pasará en el siglo XX nos preguntábamos tratando de predecir el futuro? Lo de siempre, que las cosas son difíciles, pero lo que son ganas, las teníamos todas. Mirábamos por la ventana de vez en cuando por si acaso..., pero lo urgente estaba en la tarima, los profes, Infanzón, Sara, Rendueles? Vamos a dar un paseo por Begoña y a jugar al pimpón. Venga Valentín, dejamos el Snack Bar, no podemos echar otra partida de futbolín, además no paramos de poner peseta por culpa de los que arrastran. Tampoco volveremos a hacer rugby en el patio hormigonado. A otro de al lado; pero tío, que has puesto la solución con los datos de la chuleta, y no con los del enunciado del examen del problema de Química. Milagros.

Pues ahora para la Universidad. Y a ver qué estudiamos. Valentín, ¿que hacemos? Lo de Minas no nos mola y lo de Medicina igual no aguantamos la sangre. ¿Y de lo otro qué? Así que ¡pa Químicas! Podíamos ser ferroviarios pero acabaremos como químicos. Después vino lo de Shocking Blues... y ¡acertamos! Hasta que llegó lo de que esto y lo otro tienen química, o lo de Alí el Químico. Pero esto fue ayer.

Menudo lío en Selectivo, todo lleno como los bailes y discotecas a los que íbamos; seguimos sentados juntos. Y sin darnos cuenta se despeja todo en segundo. Mira esa pareja que están juntos siempre. Como se dé cuenta D. Antonio (ya sabéis apocopar) que se ponen del mismo lado, a la izquierda mirando a la pizarra. César,? ¡que os va a pillar! No será tan grave, ¡hay solución pa todo! Vaya tranquilidad estos dos, como en otro mundo. ¡Mira por donde os salva el que se localiza a uno de la Cuenca! "El laboratorio que tenía para seguir el trabajo de Alemania, para Fischer Tropsch, no aguantó lo de los treinta, como tampoco lo aguantó la catedral". Aníbal, esto va pa largo, a ver si pasa. Por mí, como si se..., yo tranquilu.

Pasa un año más. ¡Qué chiflaos, pero si ya tien moza todo el mundo! ¿Así que termines la carrera y vas casate, César? Menuda locura. Decíamos los otros poco antes de hacer lo mismo. Enseguida Valentín y Aníbal, que pa eso decía "esto pasa-y a tou Dios". Casi siempre a casi tou Dios. Ya se sabe no se nota mucho, ¡eh! Algunos se fueron muy lejos y hace tiempo que no les vemos, tampoco ellos a nosotros. Claro que nos acordaremos siempre.

Vaya sitiu tan guapu el Balneario de las Caldas, oye, véote igual que hace no se cuánto. ¿Qué tal los fíos?, bueno casi no los veo. Alguna vez a los nietos, claro, por Skype. Nuestra generación aguantó bien, pero la actual está por el mundo. Bueno, en verano y Navidades, ya sabes.

En fin, porque cuando pasa un año cuarenta veces, o como mucho ocho veces cinco años, de un periodo de convivencia tan fuerte, es el momento de pararse un momento en el recodo del camino. Y echar la vista atrás. Los médicos dicen que a cierta edad los químicos no debemos emborracharnos.