Escribo estas líneas desde el estupor que me causa lo que viene aconteciendo en los últimos meses en torno a la playa y el puerto de la villa de Candás. Ahora que la transparencia es un valor en alza como antídoto a la crisis de confianza hacia los políticos, me reafirmo en lo que siempre defendí: la necesidad de contar a la gente las cosas como son, de rendir cuenta de las decisiones y de asumir sus consecuencias.

Viene al caso la reflexión tras el alboroto que se ha organizado en Candás, auspiciado por quienes, recurriendo a intrigas y fabulaciones, se dedican a mover hilos con el espurio y único afán de desprestigiar al gobierno del Principado de Asturias. Vamos pues a la verdad.

Hemos sido la primera comunidad autónoma en aprobar unas directrices para protegernos del urbanismo especulativo que acechó irreversiblemente otros litorales. Contamos con un Plan de ordenación litoral (POLA) reconocido a nivel europeo, que contribuye a que Asturias sea la región con la costa mejor conservada de España y, eleva esa protección a rango de ley autonómica, blindándola así de tentativas de alteración alentadas por la legislación estatal de 2013.

Desde esa airosa realidad, ya en la pasada legislatura el gobierno regional se planteó seguir afianzando la posición del Principado en la vanguardia de la política litoral sostenible, a través de la llamada Estrategia para la Gestión Integrada Portuario-Litoral (EGIPLA); un instrumento que trascendiendo a la visión territorial, procura un enfoque integrado e innovador. La diversificación económica en las actividades más vinculadas a la costa, sus villas, el paisaje, el buen estado de las aguas, o los efectos y adaptación al cambio climático en la costa asturiana son capítulos que nutren su contenido. Junto a ello, se atiende la necesidad de definir la política portuaria autonómica, la ordenación de nuestros puertos, su gestión con criterios homogéneos, y la identificación de las actuaciones a realizar en los mismos. Con la EGIPLA nos alineamos con las políticas europeas más avanzadas, la Estrategia Marítima Atlántica de la Comunidad Europa, de 2011, o el Plan de Acción de 2013.

Empezamos el proceso de elaboración de la Estrategia con el avance, ya en julio de 2013, seguido de la concertación institucional, realizando en ambos casos una gran llamada a la participación para construir entre todos el documento más satisfactorio posible. Uno de los hitos fue la decisión de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA), dependiente del Principado y encargada de aprobar planes de esta naturaleza que, reunida el pasado 11 de mayo, adoptó el acuerdo de buscar soluciones para el puerto de Candás que, a la vez que garanticen su funcionalidad, salvaguarden los emblemas de la villa marinera. En definitiva, se adoptó el acuerdo, oficial, de salvar la Peña Furada, la Pregona, y la farola de la Peña de los Ángeles. Tras esa aprobación se llevó a cabo una nueva exposición pública, la tercera, el pasado verano.

Es cierto, y lo asumimos, que la estrategia en un principio contenía una propuesta de actuación portuaria basada en criterios exclusivamente técnicos, ajena a los citados emblemas y que podría alterarlos irreversiblemente. Pero una vez constatado el impacto de la misma, el Principado apostó por desecharla en la citada sesión de la CUOTA. También reconocemos que aunque el plan se tramitó con escrupuloso respeto a los procedimientos legales, y se hicieron jornadas de presentación pública, faltó la deseable notificación individualizada a cofradías y clubs náuticos; pero eso fue oportunamente explicado a los mismos y subsanado.

¿Qué es lo que pasa entonces para que cuatro meses y medio después de estar oficialmente descartado por la Consejería cualquier actuación que atente a esos símbolos de Candás se siga insistiendo en hablar de los "dañinos planes del Principado"? Sencillamente que hay quienes -con fines políticos o pseudo-políticos- pretenden pescar en río revuelto, hacer de la mentira verdad a fuerza de repetirla, y atacar al gobierno regional. Y, lo que es peor, hay quienes están interesados en seguir alimentando un bulo en beneficio propio, a costa de engañar e inquietar a la gente.

Los vecinos de Candás son gente de bien, que quieren defender los símbolos de su villa, de su historia y su cultura y estar seguros de que nadie se los va a quitar. Desean disfrutar del puerto y la playa que tienen y luchan por cuidarlos y mejorarlos. Pescadores y titulares de embarcaciones de turismo náutico aspiran a un puerto con buenos servicios, con pantalanes y amarres, con adecuadas condiciones de calado, seguro para salir y regresar de faenar. Y eso, ni más ni menos, es lo que defiende el Principado para el puerto de Candás.

En consecuencia, quiero reiterar que NO vamos a destruir ningún emblema del litoral candasín; que NO existe ningún documento oficial promovido por el Principado de Asturias que apueste por dicha destrucción; y que, por tanto, el puerto, la playa y los emblemas de Candás están seguros: NO necesitan salvadores.

Para definir lo que SÍ vamos a hacer estamos muy a tiempo, pues la estrategia no ha sido aún aprobada definitivamente. Por nuestra parte, se mantendrán encuentros con los principales agentes portuarios y se definirán técnicamente las propuestas concretas siempre desde el compromiso de salvaguardar los citados valores. Y, por supuesto, tendremos en cuenta el resultado de los debates sociales para compartir y estudiar ideas constructivas a tal fin. Con la verdad por delante, ¡Bienvenida la participación social!