Lo bueno es que escampe

Andan los hosteleros que trinan porque los hombres del tiempo fallaron esta Semana Santa. Desde que las borrascas llevan nombre, a cualquier ráfaga la bautizamos y se nos activan las alertas por menos de nada. Y eso que los asturianos hace muchos años que no vemos cómo nieva de verdad. Pero el que viene de fuera teme al hombre del tiempo, llama y cancela la reserva. El asunto tiene mala solución. Desde la Agencia Estatal de Meteorología pretenden que les hagamos más caso y por eso nombran las borrascas. Y desde el sector turístico dicen que se están generando alarmas inexistentes. Son previsiones. Que no se nos olvide. Predecir el tiempo es jugártela, como en el amor. Al final cuando uno se casa también prevé que será para toda la vida, pero de repente viene un nubarrón, caen cuatro gotas, tormenta y fin. Ya dice Ismael Serrano que el amor es eterno mientras dura. Grande Ismael, cuántas veces te cantamos sin saber que la predicción buena era la tuya. Predecir el tiempo no debe de ser tarea fácil. Seguro. Y es que interpretar tantas variables es complejo. ¿No veías las señales antes de que todo se fuese al garete? En el amor, me refiero. Pues oye, no vemos nada. Pero nos cabreamos si falla el del tiempo. Qué injustos. Al final lo que importa no es más que escampe.

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