Los menores son destinatarios de campañas de concienciación, sensibilización y adiestramiento en materias que pueden entrañar un riesgo para la salud y el bienestar, reciben información a través del colegio, la televisión, la radio e internet sobre las precauciones a tomar con el fin de evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos indeseados, acerca de la conveniencia de respetar las recomendaciones y normas de seguridad vial o respecto a las medidas preventivas a adoptar al establecer contactos con desconocidos en la red. Pues ante los penosos e indignantes desfiles de modelos que tienen lugar en los últimos tiempos en las pasarelas judiciales de la corrupción nacional, y considerando la gravedad de los múltiples perjuicios políticos, económicos y sociales (erosión de la democracia, deudas públicas innecesarias, incremento de listas de espera en la sanidad, etcétera) causados por el asentamiento de la deshonestidad en las instituciones democráticas de nuestro país, también sería muy conveniente educar desde la infancia sobre la necesidad de ser personas honradas y comprometidas con el progreso general.