El pasado 2 de junio intenté, junto con un grupo de amigos, realizar la cuarta etapa del sendero GR-105, entre Puente Miera, el Sellón y Espinaredo, con el resultado de abandono de la misma. El motivo fue el desastroso estado en que se encuentra.

El acceso al recorrido se sitúa pasado el cruce de Puente Miera, en una entrada a la izquierda de la carretera. El inicio está cubierto de vegetación y el cartel informativo también se ve mal. A lo largo de la travesía tuvimos que sortear en cuatro ocasiones los árboles caídos.

El sendero, en muchos puntos convertido en una trocha por la que poco más que el jabalí debe de transitar, fue preciso adivinarlo muchas veces. Los pocos tramos que quedan de caleya con la lluvia se convierten en un barrizal imposible de evitar.

A nuestra región la denominamos "Paraíso Natural" y así me gustaría que fuese, pero para ello debemos mimarla, manteniendo en buen estado sus caminos históricos y dándolos a conocer a la juventud desde las escuelas.

Este año que celebramos tres aniversarios considero que sería un buen motivo para mejorar este itinerario, ya que el precioso sendero 105, desarrollado por el anterior grupo de monte Rivayagüe, es la ruta de Oviedo a Covadonga por la montaña, al que se incorporaron posteriormente conexiones desde Llanes y Mieres.

Ojalá que los turistas y montañeros que recorren nuestra tierra se sientan invitados a volver debido al buen trato recibido.