Sucede en ocasiones que comentarios aparentemente unilaterales dan en el blanco y ponen de relieve la sabiduría del emisor del mensaje. Ocurrió ayer, en la Junta General del Principado. Se debatía la nueva ley de "muerte digna", y llegó el turno del diputado de Ciudadanos Luis Armando Fernández Bartolomé. Pese a la temática que se abordaba, los representantes de la soberanía popular estaban juguetones, y en la Cámara había un buen puñado de decibelios. El diputado naranja se vio obligado a interrumpir su discurso, y el presidente de la Junta, Pedro José Sanjurjo González, reclamó orden. Fernández Bartolomé reanudó su intervención: "Silencio de velatorio", dijo en tono irónico. Acto seguido, inició una reflexión: "Aunque ahora en los velatorios se habla muchísimo, lo cual implica una falta de respeto para las familias importante. Pero bueno, ése es otro tema". Y comenzó a hablar de la ley de muerte digna. En efecto, es otro tema, pero la sabia aportación de su señoría ya había quedado registrada en el indeleble diario de sesiones de la Junta.
En corto y por derecho
