Queridos vecinos de Mual, del Cascarín, el Chamazu, el Fuexu y el Corralín: buenos días a todos y enhorabuena por el premio al "Pueblo ejemplar de Asturias" que con gran mérito y esfuerzo habéis conseguido.

La Reina y yo os damos las gracias por vuestro recibimiento y por vuestro cariño, y os traemos el saludo más cariñoso de nuestras hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Como bien sabéis, hace poco más de un mes que estuvieron en Asturias con nosotros, en Covadonga, muy cerca de la Santina, para los importantes centenarios que este año se celebran en Asturias y para toda España. Y recuerdan emocionadas y muy agradecidas su visita a esta tierra tan querida para nosotros, que ellas ya llevan en sus corazones.

Agradecemos asimismo al jurado su trabajo y acierto en este Premio, que nos permite cada año por estas fechas recorrer Asturias, camino de uno de sus espléndidos rincones, para conocer más a sus gentes y trabajos, para descubrir nuevos y bellos paisajes.

Hoy hemos remontado el río Narcea hasta llegar a una de sus fuentes, a Mual. Una oportunidad magnífica para la Reina y para mí de comprobar el cuidado con el que conserváis y defendéis esta impresionante naturaleza que os rodea; y, también, de conocer vuestras tradiciones, vuestros proyectos y anhelos.

Vivimos tiempos, como sabéis, de constantes cambios que quizás, en ocasiones, sean demasiado rápidos. Por eso son tan necesarias las referencias, los actos e ideas ejemplares que orienten, que marquen trayectorias y caminos, por sencillos que parezcan. Vosotros sois un magnífico ejemplo, y por ello construís futuro y dais esperanza.

La conservación del patrimonio natural es signo de civilización. Nuestra relación con la naturaleza no puede consistir en explotarla abusivamente, sino en saber aprovecharla, en actuar sobre ella con generosidad, con respeto y gratitud. Porque aunque sea obvio que la naturaleza sostiene nuestras vidas, en demasiadas ocasiones nos olvidamos de ello o lo damos por garantizado.

Mantengo vivo el recuerdo de mi visita a Tablizas, tan cerca de aquí, en junio del año 2002, con motivo de la entrega a Muniellos, a Redes y a Somiedo del galardón que convirtió a estos Parques Naturales en Reservas Mundiales de la Biosfera. Entonces dije que Asturias se miraba en vosotros. Hoy os lo vuelvo a decir. Estoy seguro de que corresponderéis a esa admiración manteniendo y acrecentando con tesón y orgullo el espíritu con el que habéis logrado este ansiado Premio, que todos festejamos y compartimos.

Sin duda es un placer y un privilegio vivir en este santuario de la naturaleza, pero es bien sabido que os lo merecéis. Porque, como sucede en tantos otros sitios, la historia de este pueblo ha sido, y es, una historia de esfuerzo y sacrificio, que sabe de crisis y de volver a levantarse. Y así, con coraje, y resistiendo la tentación de un mundo cada vez más urbano, habéis sabido buscar alternativas, encontrando medios de vida en nuevos sectores que os permiten mantener vivo el pueblo y mirar al futuro con fe. Un afán en el que se enlazan las generaciones, que une el saber de los abuelos con la ilusión de los nietos.

Un gran escritor dijo que es muy triste no saber por qué se tiene que luchar. Vosotros sí lo sabéis. Es evidente que protegéis, preserváis y defendéis vuestra tierra con auténtico compromiso; y lo demostráis continuamente, con las distintas iniciativas que lleváis a cabo. Merece todo reconocimiento aquella decisión que tomasteis en su día de ser los propietarios de vuestro monte. Y ha demostrado ser muy importante para vosotros, pero también para la conservación y la protección medioambiental. La sombra benéfica del bosque de Muniellos, con sus carbayos centenarios, os ha protegido para que consiguierais ser un ejemplo de lo que se debe hacer para conservar y proteger la naturaleza.

Los pueblos son un eslabón como ningún otro que se une con fuerza con la infancia, con la escuela, con los juegos en la calle; que une al recuerdo entrañable de los antepasados. Rostros, nombres, memoria y valores que nos ayudan a ser quienes somos, a conservar el gran tesoro de la confianza y del respeto a la palabra dada.

Vuestro esfuerzo para que los distintos intereses encuentren cauces de entendimiento, vuestro trabajo para realizar -juntos- proyectos que benefician a todos, vuestro interés en que Mual sea ejemplo de convivencia y de respeto, son todos expresión de las mejores virtudes cívicas y la verdadera razón por la que hoy sois premiados como Pueblo Ejemplar de Asturias. Con el éxito de vuestras iniciativas, con vuestro espíritu solidario, demostráis que se puede lograr. Y además lo hacéis con ejemplaridad, que es, siempre, impulso de seguridad y de fortaleza social.

Para Asturias, el mundo rural es una fuente de recursos y potencialidades de todo tipo que lleva décadas viviendo un proceso, discreto pero muy de fondo, de cambios de toda índole. Cambios que están transformando, desde el paisaje, a la estructura social y las actitudes ante el futuro.

Ahora bien, el principal mérito de esta naciente vitalidad de los pueblos de Asturias corresponde a sus habitantes, os corresponde a vosotros. Los asturianos del campo habéis realizado el esfuerzo de comprender las exigencias de los tiempos actuales, habéis ideado nuevos productos, habéis arriesgado en la creación de pequeñas empresas, habéis ampliado sus mercados y sostenéis con su impulso las expectativas del mundo rural. Las comunidades, las asociaciones, los grupos formados están dando nueva vida al campo en Asturias. Si el mundo rural asturiano está vivo y tiene un futuro prometedor, ha sido por la fuerza y la tenacidad demostradas por sus habitantes, pues los obstáculos no son pequeños. Os animamos a que no os detengan las dificultades, a que continuéis por ese camino y que miréis con optimismo al futuro.

En ese proceso lleno de esperanza, tienen un papel fundamental las mujeres. Las mujeres de los pueblos y aldeas de Asturias habéis sustentado, durante siglos, la vida cotidiana con un esfuerzo y un sacrificio ejemplares. Gracias a las mujeres la sociedad rural ha logrado sostenerse, incluso en medio de tantas dificultades, porque con valentía, con fortaleza, con optimismo y con profundo cariño, las mujeres, además, habéis sido las principales responsables del día a día, de la educación de vuestros hijos y del cuidado de la familia, sobre todo de los mayores.

Ahora, cuando tantas cosas han cambiado y siguen cambiando -para bien- en la consideración social y de vuestro insustituible papel, las mujeres del campo estáis en la vanguardia, ocupando puestos y oficios que antes os fueron negados, dirigiendo explotaciones ganaderas y agrícolas, haciéndoos cargo de negocios en la hostelería.

Es muy importante y anima mucho saber que en Asturias las mujeres jóvenes son ahora titulares de un importante porcentaje de las explotaciones ganaderas. Y lo es también saber del buen trabajo que en Mual hace vuestra Asociación de Mujeres que, junto a la Asociación Cultural y la Deportiva, revitalizan la vida de todos los vecinos; cuidando, como siempre habéis hecho, de que tengáis una vida con esperanza, pacífica y próspera.

El jurado ha destacado el espíritu cooperativo y asociativo, que os ha traído hasta aquí. Y al hacerlo, se ha hecho honor a vuestros antepasados, que os han legado ese profundo y sincero sentimiento de amor por lo vuestro, el respeto por vuestras tradiciones y el carácter voluntarioso y trabajador, gracias al cual alcanzáis el éxito con vuestros distintos proyectos.

Por eso la Reina y yo entendemos bien lo orgullosos que os sentís de todo lo vuestro y de enseñárnoslo hoy. Compartimos vuestra alegría y nos gustaría que este reconocimiento os empuje a seguir trabajando sin descanso, a conservar todo lo bueno del pasado, y a potenciar las iniciativas que os animan a trabajar unidos, superando, cuando existan, las opiniones encontradas y las divergencias, con la mirada puesta en un futuro mejor para vuestros hijos.

Termino estas palabras; y os aseguro que guardaremos siempre en nuestro recuerdo vuestro cariñoso recibimiento de hoy y la imagen de esta naturaleza hermosísima, que os animamos siempre a defender.

A todos vosotros, queridos vecinos de Mual, gracias de todo corazón y os pedimos que nunca os olvidéis de aquello que es realmente importante: la vida en paz, en concordia, con solidaridad y civismo. La vida que os merecéis, siempre llena de esperanza.

Enhorabuena de nuevo y muchas gracias a todos.