Asturias tercermundista

La gestión política de la "nevadona" y la situación de las comunicaciones en la región

Todos nos lamentamos de los cortes ferroviarios, de los cierres de carreteras, de los dichosos apagones, de la falta de comunicaciones telefónicas y un sinfín de calamidades que afectaron a nuestra existencia estos últimos días. Sin embargo, es la esencia del desagradecimiento, nadie se acordó de alabar el buen funcionamiento del aeropuerto de Asturias, en el que no se ha producido el menor incidente; ni un solo retraso: todo transcurrió a la perfección, el sagaz gobierno asturiano se encargó de ello, ¿cómo? Previniendo temporales, eliminó todos los vuelos internacionales y permitió unos precios prohibitivos a los de andar por casa; la autopista del mar ni mencionarla. Para que luego los traten de inútiles.

El caso es que nuestros mandatarios se han empecinado en convertir el Principado de Asturias -llevan un porrón de años intentándolo- en (con perdón) el culo del mundo y lo han conseguido. Conste que viendo los antecedentes se trataba de una labor en la que tampoco eran necesarias grandes cualidades, de las que, a la vista está, sufre notable orfandad nuestro hemiciclo. Me gustaría dejar claro que, por nada del mundo, soy partícipe en ningún tipo de discriminación y no salvo ninguna poltrona. Por tanto, después de analizar la situación y remedando a Clarín he de proclamar que "La heroica Asturias dormía la siesta", y en ese vano sueño, en esa injusta inercia, lleva décadas de decrepitud.

Incapacidad en la que no ostenta la exclusiva el partido gobernante, PSOE, pues por deméritos propios es extensible a todo el espectro político; desde el PP a lo que resta de IU, pasando por, no importa el orden, Ciudadanos, Foro y Unidos Podemos. Entre todos son incapaces de sacar adelante nada que beneficie al conjunto de Asturias, ni de legislar con vistas al futuro y no al presente inmediato, a la caza del voto fácil.

Habrán notado que -no me gusta hacerlo en caliente y prefiero contar hasta diez- ante la indignación que alteraba mi genio, he dejado pasar unos días para serenar el espíritu. ¡Ni con esas! ¡Soy incapaz! ¿Cómo es posible que, ante una simple nevada a destiempo se paralice la región? No pretendan engañar a nadie con el pretexto de la "nevadona" del siglo porque ni con mucho fue para tanto. ¡Qué va! Fue su nefasta gestión a lo largo de los años la que nos ha dejado incomunicados por tierra, mar y aire.

Siempre comprobé que la culpa es viuda; bueno hacen el dicho sus señorías. La culpa fue del cha, cha, cha o del maldito cariñena. Que si el arbolado, al ser un otoño ínfimo, aún no había tirado la hojarasca -eso mismo lo pronosticó un servidor en el artículo publicado hace unos días: "Otoñada, tiempo de amagüestu", en la que anunciaba el crujir de ramas y troncos- y a causa del peso de la nieve el desastre penetró por los bosques; troncos y ramas sacudieron los cables de alta tensión y cortaron el paso por carretera, como debe de ser, aconteció en los concejos más deprimidos. ¡Bárbaro! ¡Felicidades! La mejor manera de incrementar el éxodo rural. Ya saben, los productos congelados en el arcón se fueron a la puñeta; hoteles, casas rurales y restaurantes cerrados y sin clientes. ¡Viva la Pepa! Que venga la Unidad Militar de Emergencia y nos saque las castañas del fuego.

Al igual que perennemente hay que mantener sin maleza los cortafuegos, para controlar los incendios y evitar males mayores, también deben de tener un grado elevado de mantenimiento las cercanías de los tendidos eléctricos, obligando a las empresas a efectuar estas labores en épocas de bonanza. Lo mismo ocurre con Renfe y Adif que hacen bueno el dicho de "tira pa'lante que libres". Durante los 365 días del año ni se preocupan, ni les importa que cientos de árboles, como la espada de Damocles, a la mínima puedan caer sobre catenaria o vía e interrumpir el paso. Total, estamos en Asturias, sesenta horas aislada por ferrocarril? qué importancia tiene. ¡Pásmense! Ninguno de los dos túneles de la variante de Pajares tuvo retrasos.

Las comunicaciones con la meseta cerradas o con restricciones, tanto por la autopista del Huerna como por Pajares. Sería interminable la lista de puertos cerrados a lo largo de la cordillera, prácticamente su totalidad. 15.000 vecinos sin energía eléctrica ni teléfono más de tres días. Todo por culpa de una simple nevada que llegó sin dar antes la voz de alarma (¿). ¿En dónde se encontraban las máquinas quitanieves y la sal gorda? Ya me dirán como se las arreglan en latitudes norteñas de Europa en la que, aun sufriendo potentes temporales, no se desmorona el tráfico de personas o mercancías.

El gran problema, por más que haya sido gravísimo, es que pronto nos olvidaremos de él y hasta la siguiente embestida que de nuevo nos pillará con las vergüenzas al aire. Lo peor, que políticos, empresas y demás culpables de la siniestra imagen tercermundista que Asturias ofrece, se irán de rositas, sin rendir cuentas al sufrido pueblo soberano.

Por cierto, me paro a pensar y observo el perfil de los 45 diputados de nuestra autonomía, más los que actúan a nivel nacional y los senadores, y me encuentro con un elevado tanto por ciento que toda la vida se han dedicado a la política como profesión y están en edad de jubilarse, si no la han sobrepasado, cuando las medianas y grandes empresas jubilan a sus ejecutivos y empleados con antelación para mejorar su competitividad. ¿Qué razón puede justificar que por el mero hecho de afiliarse a un partido dediquen toda su existencia al modus vivendi del escaño?

Ya está bien, el pueblo llano, porque a ellos no les interesa, ha de legislar que el tiempo dedicado a la política cobrando de ella no sobrepase diez años. Evitaremos que "viejas glorias" y demás aforados, ya sin ideas ni metas ambiciosas, se enquisten en el poder. Ahora que nadie me escucha: recordando a Alfred Hitchcock y sus películas de terror, cualquier día se monta la de dios es Cristo en el noble edificio de Fruela 13, al encontrar momificados a la mitad y media del arco parlamentario, son tantos los años que llevan comiendo la sopa boba, dedicándose, y mal, a la holganza. ¡De verdad, váyanse para siempre! Asturias no merece tan aciaga representación para no ser los últimos en todo. ¿Es necesario dar detalles?

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