Podemos

Aclaraciones sobre un proyecto político de izquierdas y las falsas lecciones de patriotismo y democracia de la derecha

Para la derecha, merecen el calificativo de bolivarianos, colaboradores de Venezuela y de Cuba, o incluso encasillarlos como extrema izquierda. Posiblemente el modelo bipartidista de los últimos años, se sentiría más cómodo con una izquierda que, no alcanzara el 10% de representación parlamentaria, en el modelo que ha imperado desde las elecciones generales de 1982. Pero el bipartidismo, parece haber sido descartado por el momento, y tanto la derecha como la izquierda están fraccionadas, como expresión de una mayor pluralidad política.

El gobierno surgido de la moción de censura, es un claro ejemplo de ello, y las encuestas del CIS, con mayor o menor credibilidad, también parecen confirmar esta tendencia. Asumir esta realidad, con independencia de lo que, en su día determinen las urnas, debería conducirnos a la normalidad democrática, erradicando la crispación actual de la política española, sin perjuicio de que, la oposición cumpla su cometido natural y legítimo.

Las estridencias de la derecha, con ese discurso rancio de romper España, o liarse a banderazos por doquier, apropiándose de la bandera, es posible que les aporte cierta rentabilidad electoral, pero no resulta menos cierto que, nos aleja de esa normalidad democrática, que existe en casi todos los países de la UE.

Ese patriotismo barato de los que, han saqueado las arcas del estado y de aquellos que han evadido capitales, resulta mucho más nocivo, que las simpatías que puedan sentir algunos ciudadanos, hacia Cuba, del mismo modo que otros las tienen hacia Miami, o hacia Arabia Saudí.

No son estos los rasgos que definen, el comportamiento cívico de una mayoría de ciudadanos que, contribuimos con nuestros impuestos al sostenimiento del estado de bienestar social. Yo he sido activista, durante mi militancia política en el PCE, manifestándome en la calle, en favor de la amnistía y de la libertad democrática, y asumí también disciplinadamente la bandera, la constitución y la reforma democrática, aunque mis preferencias eran la bandera republicana y la república como forma de estado, en lugar de la monarquía parlamentaria, pero asumí y acepté la constitución española, mientras otros, o no la votaron, o llamaron a la abstención. Yo si que voté afirmativamente a todo esto, aunque hubiera preferido la ruptura, con el régimen franquista, en lugar de la reforma democrática.

Lecciones de patriotismo y de democracia, por tanto, no las admito y mucho menos de los que, aún siguen teniendo querencia del franquismo, y de los que aprovecharon la transición democrática, para que determinadas estructuras del régimen franquista, aun permanezcan intactas, como consecuencia de la ley de amnistía, por la que yo me manifesté en la calle, y que era reprimida entonces, con fuertes cargas policiales. La amnistía por la que yo me movilicé, no era para amnistiar, ni condecorar a los represores franquistas.

He militado en el PCE, hasta que lo desaparecieron, y luego en IU, porque creí en el proyecto político fundado por Gerardo Iglesias. En un momento determinado, consideré que este proyecto político, se había agotado, como consecuencia, de varias causas que, también tuvieron causantes, entre otros, los que crearon dentro de IU, otras fragmentaciones políticas que, poco tenían que ver con el proyecto político original ideado por Gerardo Iglesias.

Pues bien, una vez que ha trascendido mi posible presentación a unas primarias, como candidato de Podemos, quisiera aclarar lo que supongo ha sido un malentendido. Simpatizo con Podemos, y colaboro con ellos, porque considero que, es el proyecto político de izquierdas, con el cual más me identifico en este momento. Agradezco su consideración hacia mi persona, por considerar que, puedo aportar mis conocimientos a su proyecto político, pero eso no necesariamente tiene que implicar, que yo sea candidato.

Hace tiempo, que había decidido que había cumplido mi ciclo, y por esta razón dejé todas mis responsabilidades, favoreciendo mi relevo sin ruido y sin estridencias.

Mi opinión y mi posición, no se han modificado a este respecto, y por ello reitero mi agradecimiento, pero no es mi deseo, entrar de nuevo, a asumir responsabilidades políticas de ningún tipo, con lo que creo que queda claro que, no participaré como candidato a ninguna convocatoria electoral.

En este momento no tengo militancia política alguna, por decisión propia y porque tuve mis motivos, para adoptar dicha decisión, a raíz de lo sucedido con la comunicación normal que, debería de haber recibido en la citación, de mi comparecencia en la Junta General del Principado de Asturias.

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