Siete minutos. Ése fue el tiempo que se tardó en desalojar ayer el Congreso de los Diputados al sonar la alarma de emergencia. Unas 1.800 personas abandonaron los dos edificios principales de la Cámara por las seis puertas habilitadas para abandonar ambos inmuebles. Entre ellas, la Puerta de los Leones, que sólo se abre para los Reyes y en las jornadas de puertas abiertas. ¿Y quién fue el primero en salir por ella? Un diputado asturiano, del PP, para más señas. Ramón García-Cañal. Él fue quien abrió la puerta por dentro; esa puerta disimulada tras unos enormes cortinones que sólo se retiran en los días especiales. Él fue el primero en hacer que una bocanada de aire fresco entrara en el edificio. "Fue pura casualidad", relató el propio García-Cañal. Y es que no se trataba de que saliera huyendo ni de que se transformara en el "Capitán América" del Congreso.
En realidad se trataba de un simulacro de emergencia, preparado y organizado para que sus señorías, los periodistas, trabajadores y quienes a diario desempeñan su labor en el edificio supieran cómo suena la alarma y qué puertas son las que tienen que utilizar para salir a la calle lo más rápido posible según donde se encuentren.
Coincidió que Ramón García-Cañal se encontraba en el pasillo que conduce al hemiciclo cuando sonó la alarma y uno de los ujieres le indicó a él y a otras tres personas que debían salir de inmediato y por la Puerta de los Leones. Y allí se encontró el diputado asturiano, frente al ujier que retiraba los cortinones y le indicaba cómo empujar la barra de la puerta y abrirla. Iba el primero, al frente, y el primero salió a la calle por la puerta grande. Ese momento cumbre duró sólo unos segundos, lo que tardaron en llegar el resto de desalojados del Congreso.
