Bienvenido, Mister Ábalos

El Ministro planteó soluciones coherentes y atendió demandas en su gira por Asturias

En la noche electoral de 1999, el entonces presidente asturiano, Sergio Marqués, mi respetado adversario en las anteriores elecciones autonómicas de 1995, dicen que comentó: "definitivamente las infraestructuras no ganan elecciones". Efectivamente no son motivo suficiente para ello, pero su carencia pueden abocar también a perderlas.

Carreteras, ferrocarriles, puertos... Son una constante en el debate político y ciudadano asturiano desde épocas seculares. Por eso tuvo tanto relieve la visita del ministro Ábalos la pasada semana.

El guión de la misma no correspondió a Berlanga, Bardem y Mihura, ni el protagonismo a Pepe Isbert. La visita del ministro no defraudó, a diferencia de la de Mister Marshall a Villar del Río. Y eso que no lo tenía fácil.

El haber programado la cita con posterioridad a otras en comunidades vecinas, creó inquietud y un cierto escepticismo sobre el futuro de numerosas iniciativas de su departamento en Asturias. No se arredró, sin embargo, Ábalos. Se arremangó para clarificar situaciones, plantear soluciones coherentes y atender, megáfono en mano, demandas ciudadanas.

Es cierto, sin embargo, que años de espera y debates enconados siguen creando dudas en algunos sectores. En unos por razones partidarias. En otros porque, a estas alturas, ya andan muy debilitados de fe.

Es por ello necesario una cierta reflexión que explique por qué llevamos una década dando vueltas a la construcción y puesta en servicio de las mismas infraestructuras.

La burbuja que explotó con la crisis no fue únicamente de vivienda residencial. Afectaba también a carreteras, ferrocarriles y resto de obras públicas. Incluso en los mejores años de crecimiento económico, lo programado excedía a la capacidad presupuestaria del Estado para ejecutarlas en un periodo razonable. Se empezó prorrogando el plazo para su conclusión; y cuando la burbuja explotó, paralizando alguna de ellas para que otras pudieran seguir ejecutándose.

Se rescataron, posteriormente, los bancos para salvar el sistema, pero abandonando a personas en situación precaria y retrasando, aún más, las obras públicas. El caso de la Variante de Pajares es paradigmático. Entre 2004 y 2010 se invirtieron en la misma cerca de 2.500 millones de euros. En los ocho años siguientes unos 800, una tercera parte.

Establecer, con valentía política, prioridades, es esencial. Por ello es de agradecer la claridad del ministro Ábalos comprometiendo "un impulso decisivo", para ella. Con una solución coherente para viajeros y mercancías, que permitirá su utilización en 2021 sin afectar a los tiempos de tránsito ni a las prestaciones para unos y otras.

Se supera así definitivamente la cabezonería forista que, con un voto decisivo para los presupuestos del gobierno Rajoy, obligó a cambiar lo programado por Ana Pastor con el consiguiente desbarajuste y retraso.

Agradezcamos que Mister Ábalos, remedando a Pepe Isbert, como ministro que es, haya entendido que nos debía una explicación y que la explicación que nos debía la haya pagado.

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