Antaño se llevaba aquello de "hablar con el padre de la rapaza" para atar casorios, que se cerraban mientras los protagonistas quedaban en segundo plano. La música que se oye de fondo en los rumores sobre la candidatura del PP asturiano y su posible acercamiento con Foro recuerda un poco a eso, y suena viejo. Da la impresión de que otros buscan decidir por detrás el enlace por intereses distintos de los de los contrayentes.
En este caso, ni Mercedes Fernández ni Carmen Moriyón parecen dispuestas a ir de la mano. La primera quizás sea la menos reticente, porque propició (eso sí, con Cristina Coto en Foro) ya una alianza electoral en las generales que fue un balón de oxígeno para los foristas. La segunda, la actual presidenta de Foro, fue reacia entonces al pacto. No hizo campaña a favor de la coalición en aquellas dos citas electorales en 2015 y 2016 y bien que lo recuerdan los populares.
En cualquier caso, a los populares asturianos (de todas las familias) se les atraganta la idea siquiera de que Moriyón encabezase la lista única; del mismo modo, la alcaldesa de Gijón seguramente consideraría un paso atrás acabar de segundona.
En esta historia hay más ruido que nueces; mucho nerviosismo y cortinas de humo, demasiado silencio que se interpreta y un largo margen de espera que da lugar a las especulaciones. Nadie en el PP asturiano sabe qué pasa por la cabeza de Pablo Casado respecto a la candidatura asturiana, si es que ha decidido algo; nadie tampoco qué piensa realmente Álvarez-Cascos. Y mientras, las "rapazas", pendientes de lo que otros puedan (o no) estar tejiendo.
