A la famosa Brigada de Salvamento Minero:

Escribo esta carta con todo mi respeto a la profesión de la mina. Yo fui picador unos cuantos años y ahora me encuentro disfrutando de mi pequeña jubilación, aprovechando todas las "ventajas" que el sistema pone a mi alcance.

Lo que me parece increíble es el tratamiento que se le está dando a la Brigada de Salvamento Minero, que después de muchos años haciendo labores de rescate minero con mucho riesgo, ahora, por cuatro metros de galería, se les trate de héroes, se les proponga para premios y puede que cualquier día les veamos en "Sálvame Deluxe".

Los mineros de interior y ellos mismos sabemos que eso no es ninguna heroicidad.

Héroes eran aquellos mineros recios con los que yo aprendí la profesión, aquellos amigos que murieron en angostas chimeneas de ciento veinte metros, picando carbón muchas veces en condiciones precarias, sin espacio, con poca ventilación, etcétera.

Una brigada siempre sindicalizada, como todo aquello que rodeaba a Hunosa, controlada por Villa y allegados. Si no estabas en algún sindicato, tus posibilidades de ascenso (vigilante, brigadista, etcétera) eran prácticamente nulas. Son ese tipo de trabajos tan peligrosos y que la gente ansia tener, qué "contradicción". Puede ser que el peligro quede mitigado por los grandes sueldos y muchos días de descanso. Que pregunten a los barrenistas y picadores el tipo de heroicidad que es hacer cinco metros de chimenea o cinco de galería, posiblemente les daría la risa.

¡Ahora sí que necesitamos un héroe! Sería aquel que librase a la minería de ser totalmente clausurada.