Xuan Xosé Sánchez Vicente

Yo, yo, yo

Noticias que muestran una hipertrofia que amenaza a la sociedad

LA NUEVA ESPAÑA del 06/03/19 refleja la "indignación" de los ciudadanos de La Pola por la basura que los botelloneros dejan en el parque de la música. No es nuevo, ni en cada fiesta de La Pola ni en cada botellón de cualquier lugar de Asturies, ya sean sus disfrutonos universitarios altivos o estudiantes de ruin barca. Todos ellos se consideran lo más importante del mundo y, como en la canción, podrían decir: "El mundo me importa poco".

Esa hipertrofia del yo, esa ceguera absoluta hacia el exterior, está presente también en los incendios que reiteradamente asuelan nuestros montes. No son pirómanos (¿por qué seguimos usando esa palabra?) los que los provocan, son, la mayoría, incendiarios que queman por su interés: limpiar el terreno para eliminar matorral y tener pastos más expeditos para su ganado. Es su yo, su provecho, lo único que los mueve, sin importarles el daño que puedan causar. Es cierto que la Administración no suele llevar a cabo una política acertada con el territorio ganadero, pero es esa otra cuestión.

Una exhibición aun mayor del ego se halla sin duda tras las decisiones de la ministra Teresa Ribera en relación con la descarbonización y el cierre de las térmicas. Porque una cosa es luchar contra las emisiones de CO2 y cumplir los compromisos firmados en relación con el cambio climático, y otra proponerse situarse, como en el cantar, al igual que el faro de Cuideiro, muy altos, para "alumbrar el mundo entero y que no se pierdan los barcos (o sea, los países)". En sus palabras: que España actúe como punta de lanza ejemplarizante.

Pero Ribera ha de tener el consentimiento y estímulo de su jefe. ¡Hombre!, y yo que Ribera tenga un ego elefantiásico lo podía creer, ¿pero don Pedro? ¿A que a ustedes nunca les dio la impresión de que el yo se le saliese por las costuras del traje?

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