230424LNE ANGEL GONZALEZ 173522080

Blanco contagioso

En la sierra caliza, de cuyas laderas cuelgan bosquetes de hayas y de acebos antes de remansarse en los altos pastizales de su costado Oeste, la violencia del temporal de nieve ha dejado la roca como tapizada de una blancura granulenta, algo así como lo que era el gotelé, tan de moda en los años setenta y tan difícil de extirpar de las paredes. Ese blancor mate de hielo labrado contrasta con las ondulaciones blanquísimas del manto de nieve depositada en las praderías, por las que el caminante hunde sus pies aprovechando el surco, de bordes ya atenuados, de alguien que pasaría el día anterior. El sol sale un instante, todo refulge y se va, quizás para que el paisaje no perezca del deslumbramiento. El caminante retira la gruesa capa de nieve de una piedra, se sienta, intenta enlatar en palabras aquella blanca soledad y descubre que le ha quedado también la mente en blanco.

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