Prestóme leer la notica de la presentación del libro "Testimonio y vivencias de un socialista iluso", de Avelino Pérez, y sus declaraciones posteriores a LA NUEVA ESPAÑA.
Coincidí con Avelino, primero, como miembro de la FSA, después, en la legislatura autonómica de 1991-1995. Lo tengo en gran estima. Recuerdo el timbre de su voz y sus gestos como si hoy fuera. Siempre fue una persona animosa, de buen humor y de risa fácil, entre otras virtudes, de las cuales destaca su generosidad y su ilusión, acaso, un poco "ilusa". Recuerdo con qué gracia y falta de rencor contaba alguna de sus huidas de la policía franquista, alguna cruzando un río vestido, si no me falla la memoria. Y estoy seguro de que con ese mismo entusiasmo y vivacidad con que lo conocí se movía en su infancia por los prados y calles de su Boal natal.
Tipo excepcionalmente honrado y ejemplar. Pueden ustedes ojear su biografía en wikipedia, y verán que siempre volvió a su trabajo en la mina cuando no era diputado o lo compatibilizó con esta ocupación.
En las declaraciones, se manifiesta muy crítico con el tratamiento que se dio al progresivo cierre de HUNOSA, con prejubilaciones tempranas e inversiones no productivas. Pero recordemos que fue aquella una política que casi toda Asturies aplaudía, así como el PSOE e IU, y, por supuesto, los beneficiados.
En fin, no sé si sigue siendo un iluso, pero sí un gallu.
Quien sí quiso hacerse el gallu fue Alfredo Canteli, alcalde de Uviéu, con la más insólita propuesta que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros, la de representar la capital al conjunto de los ayuntamientos ante las administraciones en calidad de interlocutor y mediador privilegiado, por la capacidad de liderazgo que correspondería a Uviéu.
La respuesta ha sido un piadoso silencio: necesita asesores don Alfredo, para no quedarse sin plumas y...
