Apostó sin reservas por Pedro Sánchez como secretario general del PSOE desde el primer momento, desde 2014; estuvo con él en las fechas críticas de finales de 2016, cuando el ahora presidente dimitió como líder socialista obligado por el comité federal del partido, y fue una de las personas que trabajaron sin descanso, puede que la que más, para que volviese a recuperar el poder en el PSOE. La asturiana Adriana Lastra unió su carrera política a la de Pedro Sánchez y le salió tan bien que ahora es una de las dirigentes socialistas con más poder en España.
¡Quién se lo iba a decir a ella que estaría donde está cuando en octubre de 2016 Sánchez estuvo a punto de tirar la toalla y abandonar la política! ¡Quién le iba a decir entonces que iba a intervenir en un acto como el del pasado lunes en Madrid, organizado por el Fórum Europa, ante dos vicepresidentas del Gobierno, cinco ministros, las máximas autoridades del Congreso y del Senado, dos jefes de gobierno autonómico, el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias y, por supuesto, un gran número de dirigentes socialistas y de la UGT, entre ellos, cómo no, muchos asturianos!
Adriana Lastra no es solo la vicesecretaria general del PSOE, la mano derecha de Pedro Sánchez en el partido, es también la portavoz del Grupo parlamentario Socialista en el Congreso y, sobre todo, y por lo visto en las últimas semanas, la persona de la que, quizá, más se fía el presidente del Gobierno cuando se trata de abordar asuntos políticos delicados. Ella fue la encargada de negociar los apoyos parlamentarios para su jefe en la sesión de investidura, fundamentalmente la abstención de los diputados catalanes de ERC. Una misión que, en principio, culminó con éxito. Todo lo contrario de lo sucedido con otro de los socialistas perteneciente al reducido círculo más íntimo de Sánchez, José Luis Ábalos, quien salió muy tocado del encargo de reunirse con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
