Madrid es España y los demás pagamos

La deslealtad fiscal y la incapacidad gestora de Ayuso

Se nos acabó el "Asturias es España y lo demás tierra conquistada". Ayuso, Presidenta de Madrid, nos chafó el grandonismo asturiano. "Madrid es España" declaró contundente. Y "tratar a Madrid como al resto de comunidades es muy injusto", remató más castiza que un ocho.

Nuestra sanidad es competencia autonómica. Ella misma reclamó, desde abril, la finalización del Estado de Alarma y todas las atribuciones para gestionar la pandemia. Ignora que lo importante no es poder hacerlo, sino saber hacerlo. Fracasó hasta el punto de verse obligada a pedir socorro al Gobierno de España. Y no por carencia de recursos.

Recientemente en su Debate del estado de la Región anunció que disminuirá medio punto en todos los tramos del IRPF. Minoración recaudatoria que, en más de un 40%, beneficiará al 7% de los contribuyentes. Aquellos con mayores ingresos. Pide ayuda al Estado, por un lado, y presume, por el otro, de recursos suficientes. Aumenta, con ello, las diferencias entre los madrileños más ricos y los más pobres. Y es desleal fiscalmente con el resto de España. Tanto como Irlanda y Holanda lo son con el resto de Europa.

La regularización fiscal en España es tan urgente como en Europa. No es una opinión. Es una conclusión del estudio "Madrid: capitalidad, economía del conocimiento y competencia fiscal" elaborado por IvieLAB. La capital de España concentra la inmensa mayoría de las grandes y medianas fortunas del país gracias a las rebajas autonómicas en el IRPF y las bonificaciones en los impuestos de Patrimonio y Sucesiones.

El estudio cifra en 4.100 millones de euros lo que dejan de pagar al fisco quienes, con ingresos anuales superiores a 60.000, tributan en ella. Las rentas de buena parte de esos contribuyentes provienen de otras latitudes. De Asturias o Valencia, por poner sólo dos ejemplos. Parte significativa de los rendimientos de sus industrias, empresas o patrimonios engordan las arcas madrileñas. Y cada año crece el número de sus contribuyentes que "se mudan" a la capital. Y sin embargo gestionan la pandemia, sanitaria y educativamente, con mayor efectividad y acierto que Madrid. Asturias es su contrapunto sanitario. Y Valencia el educativo.

Si toda España tiene un importante problema sanitario, en Madrid tiene el mayor grado y en Asturias el menor. En la apuesta continuada de los gobiernos asturianos por una sanidad pública de calidad y en la prudente y acertada gestión de la pandemia por el Presidente Barbón encontramos la razón.

El inicio del curso escolar en España estuvo lleno de dificultades. Pero en Valencia fue menos problemático. El Presidente Ximo Puig acordó con los sindicatos de enseñanza, representantes de las AMPAS, patronales de la enseñanza concertada, asociaciones de directores y representantes del alumnado el cómo y el cuando hacerlo. Ayuso no dialogó. Solo la responsabilidad de los enseñantes evitó una huelga, aunque consideran que "no se garantizaron las condiciones para una vuelta segura a las aulas".

Los Presidentes de Asturias y Valencia, con gran experiencia ambos como alcaldes, piensan, como Safranski, "que el objetivo esencial de la política es promover la convivencia y aliviar el malestar". La Presidenta de Madrid ni lo piensa, ni le importa.

Ayuso, como dice Jordi Sevilla de algunos responsables políticos actuales, "está en la política más para ser alguien que para hacer algo".

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