El 99% de los españoles, según una encuesta del CIS, conceden más valor a la familia que al trabajo, el dinero y los amigos. La mayoría de los participantes en la consulta, manifiestan que la familia sigue siendo fundamental para las relaciones intergeneracionales y que en ella se produce un intercambio de ayudas, entre unos y otros, no solamente económicas. Es de general asentimiento el destacado papel de la familia como colchón de amortiguación de la crisis y aportación de estabilidad social.
Este reconocimiento, aquí entre nosotros, no se ha traducido en un suficiente apoyo institucional de carácter específico. Mientras abundan las ayudas de contenido asistencial: lucha contra la pobreza, tercera edad, dependencia, minusvalencia y otras, se lleva tiempo reclamando por un verdadero plan de familia que afronte problemas como la falta de apoyo a la maternidad, la dedicación al hogar, conciliación laboral, fiscalidad en función de rentas disponibles, estabilidad conyugal y asignación válida por numero de hijos, independientemente de la renta.
El tema de la necesidad de formular una política de familia por parte de las administraciones institucionales, no ha pasado más allá del plano teórico y declarativo con escasa repercusión práctica. Es significativo el hecho de que ninguna de las Comunidades Autónomas tengan consejerías específicas de Familia, y España, a diferencia de otros países de la UE, tampoco haya optado por tener un ministerio dedicado a desarrollar una política y protección de la familia.
La socialdemocracia europea -señalaba el presidente del Instituto de Política Familiar- constata la importancia de la familia "por una pragmática verificación empírica de las grandes funciones sociales que cumple la familia y por sus ventajas económicas y sobre todo por que cuando más estable es la familia, menos dinero tiene que gastarse el Estado en paliar otras necesidades sociales(desempleo, ancianos, drogas, marginalidad?). Como consecuencia de ello, se dan cuenta que apostar por la familia no supone un gasto sino una inversión". Los diferentes gobiernos de nuestro país no siguieron el ejemplo.
Será tema de agenda o de oportunidad electoral que cuando queda una semana para las votaciones autonómicas y municipales, y seis meses para las generales, el Gobierno haya presentado un Plan Integral de Apoyo a la Familia (PIAF) en el que reúne 225 medidas para proteger a la familia y fomentar la natalidad. Según el ministro de Sanidad y Servicios Sociales, Alfonso Alonso, junto a la sistematización de otras propuestas sociales, sanitarias, empleo, vivienda, conciliación laboral y educación, se incorpora una atención especial a la mujer, señalando que "el Gobierno quiere premiar y reconocer el papel de la mujer y la maternidad". Para justificar tal tratamiento, el ministro se refería al hecho de que las mujeres reciben pensiones menores porque reducen la jornada laboral para asumir responsabilidades familiares. Incluso el 95% de las excedencias por cuidado de hijos llevan nombre de mujer. A partir de 1 de Enero de 2016 ,las mujeres que se jubilen verán incrementadas sus pensiones entre un 5 y un 15% en función del número de hijos.
El proyecto PIAF está dotado con 5.526 millones de euros para el primer año de aplicación .Es un adelanto sobre la situación actual aunque se achaca que tenga "sombras" y ha obviado cuestiones tales como las prestaciones por hijo y subir los 25 euros actuales a cifras, al menos, equiparables a la media europea de 100 euros mensuales por hijo. También hay que revisar las pensiones de viudedad.
Dos años ha tardado en presentar el Gobierno este plan, resumen de lo que ya funciona-cheque familiar- y de nuevas propuestas. Electoralista o no ,bienvenido sea, por que la institución familiar lo necesita y sigue siendo básica para nuestra estabilidad social. Así lo dice la opinión pública.
