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Profesor y escritor

Mi lucha cotidiana

La diaria tarea de contar en palabras lo que sucede, en especial las cosas pequeñas

Aún me queda tiempo para anunciar los mirlos que cantan en la aurora, mientras la niebla escampa en cualquier día de otoño y cruzan a lo lejos bandadas de estorninos. Aún tengo cabida para amor y verdad, para mostrar asombro y percibir la dicha. Para cantar la luz que cae sobre la rama y despierta la escarcha que se incendia de pronto como un astro inocente. Aún puedo meter las manos en el agua y beber la frescura de este arroyo que huye, por entre musgo y berros, ajeno a nuestras lidias y nuestras naderías. O libar la hermosura de estas horas que mueren pero calan en mí más hondo que los siglos. O sentarme a admirar la música del pino cada vez que entra el aire en sus brazos abiertos. Aún se me permiten estas supremacías.

Voy a seguir hablando de pueblos y paisajes tranquilos como un lago de profundo silencio y de huertos sembrados y mañanas muy sanas, con olor a cocido y cloquear de gallinas. Del niño que recorre su infancia en un triciclo y persigue libélulas y vigila la araña y se acerca a la flor ydescubre su sombra y mira alrededor y suelta esplendidez y fantasía.

Aún en mi garganta hay fuerza e inquietud por gritar altamente contra el dolor y el miedo, por descastar afrentas, sinsentidos yacusar los abusos que se vuelven rutina. Y mi voz está presta para oponerse a todo desafuero y agravio. Mi voz está dispuesta a desplazarse lejos, hasta tu desconsuelo y aflicciones, hasta mi intolerancia y tus barreras.Hasta cualquier estambre de la vida. Está para llamar lo que tú desconoces o no sabes decir porque te lo prohíben, porque encierra pecado o libertad. Porque te lo sepultan, porque es exactitud y desprende mesura y contiene certeza. Porque te lo acorralan, porque todo en tus labios entraña poesía.

Voy a continuar mi lucha cotidiana con verbos entreabiertos y palabras sagaces. Con taimada agudeza. Inyectando a los versos sencillez y nobleza, perspicacia y porfía. Mi lucha contra todo lo que detenga el viaje de cada primavera o enreje los declives de nuestros litorales. Mi lucha contra aquel que posponga la paz y el pan y la penuria. Contra el que patrocine violencia, ardor, malicia. Voy a permanecer en mi empeño de siempre. En elevar las cosas pequeñas de este mundo.Y cantar el maíz, al pescador, la hiedra, al artesano, el frío, los vencejos, la tierra. Nombrar las realidades inmensas y muníficas del ser y de la vida.

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