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La columna del lector

Niños sin vigilancia en la piscina de Piedras Blancas

Buenos días, esto que os redacto es lo que me ocurrió en la tarde del martes. A las 18.00, mi hijo de nueve años entra en la piscina de Piedras Blancas para asistir a su curso de natación hasta las 19.00. Yo me voy con mi otra hija mientras al parque. A las 18.40, subo a la cristalera de la instalación para ver como nada, y no lo veo. No me preocupo y bajo a cambiar a mi otra hija, que entra a las 19.00 a su clase de natación.

A las 19.00, miro mi móvil y veo un mensaje de mi madre a las 18.40 diciendo que mi niño está en casa con ella. ¿Que ha pasado? Me acerco a recepción y pregunto por mi hijo. El hombre de recepción me dice que hubo un incidente en el agua de la piscina (un niño hizo caca) y tuvieron que despejar la piscina para poder limpiar. Vale, bien, pero... ¿Y mi hijo? Le pregunto a la monitora y esta me dice, a unos seis metros y sin acercarse a mí, que dijeron a los niños que esperasen en el vestuario hasta que les volvieran a llamar. Le pregunto: "Cuando viste que mi hijo no volvió, ¿que hiciste?". Respuesta de la monitora: yo no puedo entrar en el vestuario masculino. Yo tampoco, y tampoco me llamó para decirme que no sabe dónde está mi hijo. ¿Y si le atropellan de la que va por la calle? Respuesta del hombre de recepción: esto no nos había pasado nunca, no sabemos cómo actuar. Yo: "Sois responsables de mi hijo hasta las 19.00 y no sabéis donde está".

Es increíble lo ocurrido, con todas las desapariciones que ocurren a diario, los atropellos en pasos de peatones... que no tengan ningún control de los menores a su cargo y que encima no les importe. ¿Qué garantías tenemos de que esto no vuelva a ocurrir? Dejamos a nuestros hijos todos los días en el cole, en las actividades extraescolares, en la piscina, el fútbol... y creemos que están siendo vigilados, y resulta que no es así. ¿Qué hacemos?, ¿quién es responsable? Decir que mi hijo tampoco hizo bien en irse, que tenía que esperar en el recinto, pero él no es responsable, tiene nueve años. Tuvo una reprimenda y un castigo, que es más de lo que recibirá la monitora que pierde niños y le da igual.

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