A Fernando Lastra le entró nada más asumir la Consejería de Infraestructuras un notable ímpetu "desatascador", quizás porque "su" parte del PSOE se lo pedía para ganar fuerzas con respecto a la otra, cuando el futuro que ahora es presente no estaba claro. Aquel empuje le permitió sacar adelante numerosos proyectos bloqueados con su antecesora, Belén Fernández, algunos muy importantes. Pero también le llevó a prometer más de la cuenta, como hace unos días quedó demostrado con la pasarela sobre la desembocadura del Nalón, una idea que lleva sobre la mesa 25 años. Después de montar una reunión nada menos que con Javier Fernández y los dos alcaldes implicados, ahora el consejero dice que las restricciones presupuestarias paralizan, por enésima vez, el plan (¿acaso dio por seguro hace meses que no habría prórroga?), con el lógico enfado vecinal. Nunca un puente dio tantas vueltas.
