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La rucha

Vía infrarrojos

La dependencia tecnológica de nuestras vidas

No tardará mucho en suceder. No soñaremos, porque el soñar se comprará vía infrarrojos y nos levantaremos con los sentimientos agarrotados; saltaremos a la rutina, si la rutina existe para entonces, desayunaremos una cápsula de impulso y algún otro comprimido de ameboides para incitar el ánimo, si el ánimo existe para entonces. E introduciremos en la irrealidad nuestro password, activaremos el GPS y saldremos de casa, con las membranas que nos aíslen de los gases y de los ruidos, de los ácidos y de las palabras impertinentes y de los tubos de escape y de los frenazos bruscos, de la brisa y de los pájaros, si los pájaros y la brisa existen para entonces.

Y nos pondremos, profusos y repetidos, a la cola, a la cola de la estación o a la cola del ascensor o a la cola de una ventanilla o a la cola del establecimiento que vende las inyecciones para mantener un poco la moral, si la moral existe para entonces. E iremos cada uno a lo suyo, mirando al frente, como bestias de carga, como androides apáticos, sin tocar a los demás, sin apenas percibirlos por si una bacteria o un miasma o una zancadilla o una rozadura o una envidia o un mal de ojo o algún escrúpulo, si los escrúpulos existen para entonces.

Y pediremos permiso a los hackers pertinentes o a una de sus franquicias para coger aliento y respirar el aire, nuestra parcela de aire, nuestra porción de oxígeno. Permiso para pisar el suelo y mirar una flor y acariciar la hierba y abrazarse a un árbol o beber de una fuente, si flor y fuente y hierba y árbol existen para entonces. Y cual infoadictos gurus y digerati, pasaremos las tardes y las mañanas y las noches y los días, frente a frente con las máquinas y la información alfanumérica, confesándonos con las pantallas, amándonos con las PDA's, gozando con los "routers", a través de "dildonics", procreando burbujas magnéticas, generando "cookies", desarrollando "cryptograpys" por los que nos recuerden y nos identifiquen, si recuerdo e identidad existen para entonces.

Y nos debatiremos entre el aburrimiento y la inercia y la ausencia de propulsiones. Entre emoticones y "gnutellas", levantando "hoax", pretendiendo con ansia petabytes de atención y links de protagonismo, adjudicándonos píxeles de atractivo y de extravagancia que nos maquillen las ojeras y la soledad, si la sensación de soledad existe más que ahora para entonces. Comprendo que este artículo es una estupidez. Asumo que es vacuo, pero no tardará mucho en suceder, si algo sucede para entonces.

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