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Concejal y miembro de Ganemos Avilés

Las gaviotas y las palomas: un problema hostelero

La inacción del gobierno local ante un fenómeno que afecta a la salubridad y la seguridad

Desde el grupo municipal Ganemos Avilés en Común queremos denunciar la desidia y el despilfarro del equipo de gobierno en el tratamiento de la problemática de las gaviotas y las palomas en la ciudad. La proliferación de esas aves ha llegado a ocasionar problemas importantes. Hace más de veinte años que las gaviotas empezaron a ocasionar problemas en Asturias, al establecer colonias de cría en los tejados de muchos edificios y, como consecuencia, hace ya más de 15 años que comenzaron los programas para intentar minimizar el problema, sabiendo que es casi imposible la erradicación del mismo.

En Avilés, en concreto, las primeras actuaciones para abordar la problemática de las gaviotas patiamarillas datan de 2004. Desde entonces, la población ha ido fluctuando, pero en absoluto se han reducido de forma importante. En 2004, se estimaba la población nidificante en unas 125 parejas, mientras que en 2015 se retiraron 100 nidos y en 2016 se retiraron 133 nidos. Claramente, las medidas llevadas a cabo han sido poco eficaces. Tal como explicaron los expertos recientemente, la facilidad para encontrar comida en la ciudad es una de las claves fundamentales para entender la presencia de las gaviotas; por tanto, el hábito de alimentar a las aves en la calle es un error, y la proliferación de las terrazas ha agravado el problema al estar la comida más accesible. Las personas que se dedican a alimentar a los animales provocan sin querer estos problemas, que acaban siendo de seguridad, de salubridad y de tranquilidad.

Por tanto, hacen falta programas de información y sensibilización de la población en general y del gremio de la hostelería. Todo ello jamás se ha hecho en Avilés y por eso denunciamos la desidia de las personas responsables de las concejalías de medio ambiente y de servicios ciudadanos.

Las medidas tomadas hasta ahora son exclusivamente de retirada de nidos, huevos y pollos, e incluso algunos adultos, y su eficacia depende sobre todo de las fechas en las que se actúe. Según los expertos las fechas de actuación han de ceñirse a la época de cría, fundamentalmente entre abril y julio. Lo más eficaz es la esterilización de los huevos para no haya puestas de reposición y para que las gaviotas vean el lugar como inadecuado al no tener éxito la puesta. Si nacen los pollos aumenta la demanda de comida y con ello los problemas en las calles. Por tanto, denunciamos también la desidia y el despilfarro porque hemos comprobado que en los últimos años las campañas se iniciaron tarde, cuando ya las puestas estaban avanzadas. En 2015 y en 2016 el contrato se firmó el 10 de junio, en 2017 el 30 de mayo, más de un mes más tarde de lo debido. Y resulta que en 2018, el contrato se publicita a mediados de junio y las empresas podían presentar ofertas hasta el 2 de julio y a fecha de hoy está sin licitar; o sea que aún no han podido comenzar las actuaciones. La gran mayoría de los huevos habrán eclosionado y la mayoría de los pollos están ya iniciando el vuelo. Las campañas anteriores no fueron adecuadas y la de 2018 no servirá prácticamente para nada. O sea, el dinero malgastado y el problema sin solucionar.

Por otro lado, esos retrasos en la tramitación del contrato implican también que necesariamente se ha de dar algo no deseable. Las fórmulas más adecuadas han de ser las que permitan el sacrificio cero, es decir, actuar sobre las puestas, no sobre los pollos nacidos. Sin embargo los datos ofrecidos son bien claros. En la campaña de 2015 se retiraron 83 pollos y 3 adultos. En la campaña de 2016 se retiraron 169 pollos y 3 adultos. Es decir, que al comenzar tarde las campañas, en vez de prevenir actuando sobre los huevos, se sacrificaron decenas de pollos. Muchas personas no permiten el acceso a los tejados precisamente porque no quieren ser partícipes de la matanza.

Exigimos: que se tomen la problemática en serio, que se planifiquen programas adecuados de educación y sensibilización, que se publicite adecuadamente teléfonos de contacto para facilitar la colaboración ciudadana, que los programas de retirada de nidos y huevos se planifiquen y contraten en las fechas adecuadas y que se exijan actuaciones tendentes al sacrificio cero. Las personas que sufren las molestias están hartas de buenas palabras y de publicidad engañosa y exigen medidas reales y de eficacia constatable.

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