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Fundador de "Los Linces"

La que gana es Salinas

La apoteosis del Longboard, mucho más que surf y música

Los cuatro días que ha durado el Festival Longboard, con más de cien mil asistentes, no son un tema como para "pasar" y olvidarse. Muy al contrario, da para hablar mucho. Lo primero de todo, del control, de la seguridad, de la organización, de la puesta en escena de las distintas modalidades de surf... Solo una palabra: perfecto. Y no digamos los conciertos de rock celebrados: mejor, imposible.

Genial la carpa donde se desarrollaron los conciertos, abarcando desde el escenario, la barra de bar, con sillas de mesas, etcétera. Todo completamente techado, por si la lluvia, que en Asturias nunca se sabe, sobre todo este mes de julio sin sol. Lo que ha sido soleado, y mucho, es Pepe Hevia, que desde hace 17 años está poniendo Salinas en el mapa como un lugar perfecto para la práctica del surf. Estamos viendo todos los días a los futuros campeones de surf que practican con las distintas escuelas especializadas en la localidad. Y el Longboard ya ha sido declarado de interés turístico regional. Espero que dentro de poco sea de interés nacional y luego internacional, pues lo merece.

Nunca hubo en Salinas tantas personas juntas. Eso significa negocio para todo el mundo. Es decir, para los bares, restaurantes, supermercados, farmacias, ferreterías, pastelerías, etcétera. También para los "foodtrucks", que cada año son más y están siempre llenos vendiendo sus especialidades, así como las tiendas con productos vinculados al surf.

En Salinas, tanto de día como de noche, durante estos cuatro días, han vibrado el surf y el rock. Por las calles se veía a todo tipo de personas, no solamente españoles, sino muchos extranjeros, sobre todo llegados de Europa.

Hay que volver a citar el nombre de Pepe Hevia, el propulsor de todo esto, que además trabaja como el que más, ayudando a colocar sillas a los chiringuitos, como estar al pie del cañón desde la mañana hasta las últimas horas de la noche para que todo funcione como tiene que ser.

Trabajando así se consolidará Salinas como catedral del surf y localidad turística de primer orden no solamente estos cuatro día sino el resto del año. Esto todo se ve ya en el ambiente. No sé si se debe todo a Pepe, pero sí está claro que una gran parte de la culpa la tiene él. Por eso debería tener una calle con su nombre; se lo merece él y su organización tan perfecta.

Hay que agradecer también al Ayuntamiento de Castrillón su apoyo al Festival, no solamente en la cesión de terrenos sino en la organización y seguridad que da ver cómo está todo controlado, con la policía regulando el tráfico y manteniendo la vigilancia sin molestar y también aguantando quejas de algunos vecinos incómodos por los decibelios y el aparcamiento, entre otras cosas.

Por siempre, larga vida al Festival Longboard y que el próximo año 2019 rompa récords de visitantes como lo viene haciendo año tras año.

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